RITUAL ROMÁN XVI: RITOS SALVAJES (Daniel Pérez Navarro - Ediciones El Transbordador)

Publicado el 03 febrero 2020 por Dentro Del Monolito @dentromonolito
RITOS SALVAJES (por Román Sanz Mouta)


INEXTINGUIBLE
Karen, escritora danesa de libros juveniles a la que llaman «la Rowling del Norte», se recluye en el faro de un islote abandonado al que solo se puede llegar en helicóptero. Hasta allí viaja Daneel, su traductor y amante, con la intención de hacerla regresar. Lo que ocurre entonces combina, en una trama surrealista y adictiva, el gótico más descarnado y la crudeza del rito más inimaginable.

ZOO
Un hombre despierta dentro de un zoológico. Su nuevo nombre es Kuni y, desde ese momento, es una más de las violentas atracciones del recinto. Este perverso punto de partida solo es la primera caída de una montaña rusa imposible, monstruosa y visceral, en la que se suceden ceremonias cada vez más extremas.

BESTIARIO
Los dos despliegues narrativos previos confluyen finalmente con algunos personajes que parecen traídos al mundo con el único propósito de impulsar la violencia. Una persecución asfixiante y extraña a través de diferentes universos en los que no cesa de expandirse el horror.

CRÓNICA DE MULTIRREALIDAD

La novela se compone de tres relatos que son un todo, y que demuestran sus costuras a medida que avanzan y con varios nexos, alguno más reconocible que otros, como el cazador. Pero vayamos en desorden hasta el primero:
Inextinguible es un relato perturbador e inesperado, porque te sorprende cada giro, cada visión, cada alucinación compartida y preñada de realidad. Ya la atmósfera promete, con ese faro, esa mar, ese sonido de las mareas, ese cielo que arrecia inclemente bajo auspicios literarios.
Y son esas descripciones gráficas las que sobrecogen. Un viaje onírico absorbente e indescifrable donde el cautivo (todos los protagonistas son presos a lo largo de la novela) solo puede contemplar y ser parte obligada de un destino incompleto. Qué será será.
Zoo lo veo como un multiverso, un circo donde escapar de la rutina propia dimensional para ser cruel público de los sujetos, piezas y criaturas expuestas. Pero puedes situarte al otro lado del espejo: te llevan desde tu seguridad, tu casa, tu familia, tu cama, a un mundo y a una realidad ya corrupta. Te secuestran y te domeñan. Te alejan de lo conocido y confortable. Te transforman. Te enseñan la crueldad.
Que se propaga. Las normas y reglas del brutal hombre, que vive para y por el entretenimiento. Que no puede fracasar en esa su hazaña, porque será sustituido, aplastado, subyugado, humillado, extinguido. Esa es la exigencia para quien se exhibe, con y contra voluntad, en la pista central. Porque cualquiera puede olvidar su origen para sobrevivir.
Bestiario es una mezcla de ensayo (absorbiendo los textos anteriores de forma implícita) que entreteje un relato de caza y ocultación. De secretos. De transformaciones y evoluciones. De autoconocimientos. Una mitología desarrollada en unas pocas páginas. Y una venganza en ciernes donde los infantes son piezas de ajedrez.
Tratado de bestias y hombres u verdades reveladas. Y Némesis desde las supersticiones. Recorremos el tiempo no lineal para saber. Sin duda el más complejo y arriesgado por las voces narrativas (variadas y que transgredirán al lector más cómodo) y la idiosincrasia de la idea. Pero de una riqueza que va sumando detalles y resolviendo enigmas (de este y los otros dos cuentos precedentes, lo repito porque es importante) a medida que avanza.
Con ese nexo en forma de viajero que selecciona y ejecuta. Un señor del mal que no se supone como tal, sino más bien un escalpelo del destino. Qué diferente es cómo uno se contempla a sí mismo, cómo quiere que le vean, y cómo le perciben en realidad.
Y el Oso como Tótem, contra todas las otras múltiples razas. La esencia pura. La violencia (que embriaga toda la novela). La destrucción. La hibernación.
El total nos muestra una realidad dentro de otra dentro de otra (cajas y matrioskas) y así hasta el infinito. Solo dueños y conscientes de una existencia pequeña, un grano de arena residual en el desierto del cosmos, una nada caduca y perecedera.
Me ha dejado pensando esta novela, mucho, en todas sus variantes, más a medida que reducía distancia con sus conclusiones. El sabor de boca es inmejorable, la prosa se saborea. Disfruto acercándome a lecturas diferentes y arriesgadas, a voces que provoquen. Esta supone un desafío.
¡Leed malditos, leed!
Pd: ¿eres perseguidor o eres perseguido? No te engañes...