"Lo erróneo como catalizador del miedo. Lo imposible como erizador de vello. Lo incierto de un instante que no quieres que acabe, porque sabes que precede a algo malo. Muy malo.
Hay muchas antologías de relatos de terror existentes en el mercado, pero T.ERRORES intenta ser diferente buscando el miedo cerval, el escalofrío puro, surgido a través de algo que no debería existir según nuestro racional esquema del mundo. Esa sensación tan difícil de conseguir en un texto escrito. Por tanto, lo que pretende esta antología es llegar a ese terror que se manifiesta en lo imposible. Y trasladar puro miedo al lector".
CRÓNICA ESCONDIDO BAJO LA SÁBANA
Tenía muchas ganas de afrontar esta crónica tras ver el lanzamiento del ilusionante proyecto en binomio que ha promulgado el amigo José Luis Pascual.
La propuesta resultaba seductora, una convocatoria para sorprender con nuevos miedos, donde cada uno debiera desafiarse a sí mismo en la tarea. Y a ello se pusieron un montón de locos y locas. Esto que tenemos aquí es el resultado del primer volumen, y ya digo que no salgo decepcionado.
Haré un desglose relato por relato, con pequeña sinopsis y opinión sin destripe (y destripes hay varios a lo largo de las páginas). Y luego la conclusión final, que será media conclusión a espera y expensas del tomo número dos. Aunque mucho van a tener que sorprenderme para mejorar el texto de arranque de la antología, que se contagia terrible y deja secuelas en el subconsciente. A ello:
- Motuo, por L.M. Mateo: el cuento de un niño con justificado miedo a la oscuridad de su casa, porque sabe que alberga monstruos que temen a la luz. Uno en especial peor que todos los demás. Que anhela al pequeño. Y demuestra el esfuerzo y valor de ese niño para enfrentarse a ellos, perder el miedo y no preocupar a su madre. Porque ya es mayor con sus 4 años. Y tiene un plan… Un texto tan bien hilado como estremecedor, que te pone en la piel del pequeño y puedes compartir sus terrores e ilusiones, su coraje. El cierre despedaza y me ha dejado marcado.
- El matadero, por Luis Gómez García: el trauma infantil de un personaje para con el matón del colegio, y cómo ese trauma le acompaña durante toda su vida adulta, con el aliciente que el hermano del acosador es su mejor amigo. Pero todos esos sentimientos tienen que explotar… Una narración rica en matices, que nos lleva desde ese resentimiento justo a un plano totalmente diferente. ¿Qué guarda el matadero? ¿Qué te puede hacer?
- La luminaria, por Érica Couto-Ferreira: un anciano recluido e incapacitado asiste a la aparición de un joven cura que altera la vida en la residencia por su efecto en las mujeres, del que disfruta. Pero su cometido es bien diferente… Un relato descarnado sobre la triste realidad de nuestros mayores, olvidados y abandonados, narrado con una prosa casi poética y rítmica que convierte el terrible final en un susurro al meced de las olas y el tiempo.
- Mulher Jaqueira, por Diego Chozas Ruiz-Belloso: en lo profundo de la selva todavía quedan tribus desconocidas y, dentro de ellas, criaturas marginales que quieren y deben vivir en soledad. Una intrusión exterior con ánimo de ayuda rompe ese precinto, lo que causará mucho dolor… Un cuento narrado dentro del relato, formato siempre agradecido, que además posee grandes descripciones y un crescendo que narra parte de la vida de tan misteriosa y maldita (para ojos ajenos) mujer.
- Háriel, por Nohemí Abad Jiménez: Háriel corre y corre para salvaguardar la última esperanza de su pacifica raza, que ha sido atacada hasta casi el exterminio. Su búsqueda de ayuda no puede ser truncada, ¿o sí…? Hay una pequeña digresión en este texto con relación a los demás, porque mezcla la fantasía más pura con lo truculento en esa escapatoria desesperada. Un experimento terrible que debe revelar al mundo el protagonista, si consigue huir de la persecución.
- La cura, por Kalton Bruhl: un padre atormentado ante el inminente final de su hija, postrada en coma, le hace buscar la mejor y más temeraria de las soluciones, una cura experimental. Pero el riesgo es demasiado alto… Una lucha por la supervivencia es lo que nos narran aquí, desde la visión del científico cuasi loco que haría lo que fuera para recuperar a su niña con prueba y error. Los resultados son inesperados.
- Colección, por KATTY Cool: una madre le cuenta a su hija, siempre que puede, versiones propias de los cuentos clásicos para amenizarle las veladas en una dulce escena. Solo que la niña no es su hija… Perverso cuento donde las intenciones de la madre se revelan poco a poco y el giro te deja torcido. Muy destacable. Siempre que nos asomamos al abismo del alma humana, dejamos un pedazo nuestro allí, en su colección.
- Al otro lado, por Alejandro Masadelo: un hombre con fobia a los espejos hace todo lo posible por llevar una existencia normal. Pero, un día, decide enfrentase a su miedo, creyendo salir victorioso. El espejo aún tiene algo que decir… Nos adentramos desde la herida psicológica en un mundo distorsionado, pues tiene ese elemento perturbador que son los espejos, el no saber qué puede haber detrás, si somos nosotros mismos u otro. Esta versión de su reflejo te transporta dentro de la vívida pesadilla en un notable viaje.
- No va a pasar nada, por Laura Mars: una mujer adulta afronta su primera noche en soledad con el pánico que eso le conlleva. Sus esfuerzos por contener la paranoia no funcionan, y la casa se llena de ruidos, uno en concreto que ha esperado mucho a que por fin estuviese sola… Es en este caso la soledad y la sugestión con lo que juega la autora, haciendo dudar al lector, que intuye al monstruo pero no se atreve a apostarlo todo por él. El final sorprenderá.
- El propietario, por Beh Sam. El flamante nuevo propietario de una casa todavía en reformas desconfía de un elemento que distorsiona y ha salido de la nada: un microondas. Y no cejará hasta descubrir la verdad del infecto aparato... Jugamos de nuevo con la mente, con la obsesión del protagonista por creer y querer trasladar sus convicciones, convertirlas en reales. Cuando puede que tenga amenazas mucho peores a su alrededor. Que se manifestarán, y no en un electrodoméstico.
- IX, por Carlos Picazo: unos cuadros desconocidos de un artista que se da por muerto aparecen de la nada, teniendo que ser verificada su autenticidad por Ana, que tiene una relación muy íntima con esa serie de obras que atentan contra la cordura. Seguirá el hilo del descubrimiento hasta su mismo origen, que puede ser también final… Por fin tocamos el tema lovecraftiano, en una representación muy buena de todas sus virtudes; ese saber para conseguir que el arte trasmita sensaciones desgarradoras capaces de derribar las barreras de la mente, y que dan forma al horror incognoscible que narra el autor con maestría.
- En el filo de los diecisiete, por María José Ceruti Andrés: un grupo de adolescentes en la frontera del cambio son castigados y a su vez castigan a la vida, probando todas las crueldades y aceptando los retos más extremos. Cuando el castigo se excede, buscarán venganza… Un texto de rabia cruda, de ira juvenil como solo pueden tenerla esos jóvenes insatisfechos, torturados por las limitaciones del mundo, que perfila con detalle a cada uno de los chicos y chicas que son solo uno. Pues la amistad lo es todo para ellos.
Por último y no en menor exposición de méritos, las portadas de Juan Carlos Pascual sobresalen sobrias e intimidantes. Una sabia composición que se une al prólogo de la maestra de ceremonias Amparo Montejano, que entiende bien de terrores y sucedáneos. Como apunte, espero que este año I tenga continuidad a lo largo del tiempo, y el festival del Terrores y Errores se convierta en anual.
Y recordad que todavía falta el tomo número dos que promete más extraños delirios. Escucho su música desde aquí, me llama, voy…
Pd: me gustaría, un día, vislumbrar una edición física de esta demencia.