River volvió a sonreír de la mano de Mora, que hizo dos goles para que el equipo de Matías Almeyda se imponga ante Unión en el Monumental, el peor del torneo. Un triunfo que trae un poco de aire fresco luego de los dos empates consecutivos (All Boys y Boca) y la derrota ante Quilmes.
No cambió nada con respecto a otras tristes actuaciones en cuanto al nivel futbolísitco. Ni siquiera los tres delanteros por los que apostó su entrenador (Funes Mori – Luna – Mora) inquietaron demasiado a la defensa del conjunto santafesino, la más goleada del torneo. Solo con remates desde afuera del área o alguna que otra pelota parada.
Lo de Unión es realmente preocupante desde los números, y también desde el rendimiento; porque en ningún momento provocó peligro real en el arco defendido por Barovero. Si bien llegaba con cierta facilidad a 3/4 de campo, careció de ese jugador que pueda dejar mano a mano tanto a Jara como Chiapello, los puntas tatengues.
Como sí lo tuvo River con Carlos Sánchez, al menos esporádicamente, porque fue quien asistió a Rodrigo Mora en las dos jugadas de gol (repitiendo la fórmula del segundo tanto en el Superclásico). Sin dudas, el uruguayo ex Peñarol es el jugador distinto que tiene este equipo, que sufre tanto de su apatía futbolística como lo hacía por momentos en la B Nacional.
Es aquel que puede cambiar el rumbo de un encuentro, ya sea con una jugada individual como concretando un balón perdido en el área. Habrá que darle la derecha (en este caso) a los dirigentes que apostaron por él, ya que está cumpliendo con creces y demuestra un nivel por encima de las expectativas.
Hoy, Mora es tan relevante en el once inicial de Almeyda como lo fue Trezeguet durante el periplo en el ascenso. Y como lo hizo el francés en su momento, el uruguayo contribuye partido tras partido en cumplir el objetivo. Que en este caso es llegar a los 30 puntos..