Imaginemos un vaso que tiene 50% de agua y 50% de aire. La observación optimista se quedará con el primer concepto, verá únicamente la mitad que está completa. El pesimista, por el contrario, hará hincapié en la porción del recipiente que se encuentra vacía. Lo mismo sucede con el empate sin goles que cosechó River en su visita a Rafaela, que puede ser analizado desde una perspectiva esperanzadora o desde un costado mucho más sombrío.
Jugadores cabizbajos, reproches mutuos, postales de un grande confundido
Cierto es que el nivel del conjunto dirigido por Matías Almeyda levantó en comparación al desempeño mostrado en general a lo largo de este Torneo Inicial, e incluso puede decirse que fue amplio merecedor de la victoria. Sin embargo, no solo hay que decir que lejos estuvo de jugar bien, sino que la gran cantidad de situaciones generadas indica la ineficacia a la hora de resolverlas: tuvo muchas, no metió ninguna.
Al otro costado, la parte positiva es que a pesar de la ausencia del lesionado Marcelo Barovero, River logró mantener su valla en cero por tercer encuentro seguido. Lo negativo es que la defensa sigue mostrando signos de fragilidad, y para colmo ahora sufrirá la baja de Germán Pezzella, quien se había mostrado como el más seguro de la última línea desde que reemplazó a Jonathan Maidana en la formación titular. En la semana se le harán estudios al juvenil, pero los pronósticos son oscuros.
La lesión de Germán Pezzella fue la peor noticia de la noche para River
Otro aspecto que podría ilusionar a los hinchas, es que el visitante intentó en varias ocasiones jugar por abajo y con prolijidad, liderado como siempre por Leonardo Ponzio. La otra cara de la moneda es que pocas veces lo logró, que no parece que vaya a lograrlo con frecuencia en el corto plazo, y que aquella muletilla tan repetida de encontrar el equipo no da señales de haberse transformado de deseo a realidad.
Fue 0-0 finalmente, y los resultados de las últimas fechas también permiten una mirada ambivalente de la realidad. Por un lado, la igualdad le permitió al Millonario estirar a cuatro encuentros su racha invicta (no pierde desde el 0-1 con Quilmes por la fecha 11). Por el otro, después de aquellas esperanzadoras goleadas ante Arsenal y Godoy Cruz, únicamente consiguió un triunfo en 5 presentaciones, y lo hizo ante el equipo más flojo del campeonato.
Leonardo Ponzio volvió a ser el mejor de un equipo hundido en la irregularidad
Atlético, por su parte, también puede sacar dos conclusiones diametralmente opuestas. Sumó un punto, que no es poca cosa en la lucha por la permanencia, sobre todo teniendo en cuenta que pudo haberse ido con las manos vacías. El tema es que no levanta cabeza: ha ganado apenas 4 puntos de los últimos 18 en disputa, lleva 3 encuentros sin victorias en su reducto, y si no empieza pronto a sumar de 3 empezará a acercarse lentamente a la zona candente de la tabla de promedios. Zona que River por ahora mira de lejos, pero que no lo deja dormir del todo tranquilo. ¿Es bueno eso? ¿Es suficiente? Bueno, eso depende…