El primer tiempo del conjunto de Núñez fue arrollador. Con presión en todos los sectores de la cancha, velocidad y precisión en las transiciones y efectividad en los metros finales, el Millonario exhibió todas sus virtudes y dejó sin opciones a un Tomba que, sobre el cuarto de hora, ya estaba tres goles abajo en el marcador.
Carlos Sánchez de volea luego de una escalada de Leonel Vangioni por la izquierda, Teófilo Gutiérrez tras capitalizar un error en la salida del arquero Sebastián Moyano y Rodrigo Mora a la salida de una pelota parada ejecutada con precisión por Leonardo Pisculichi terminaron muy rápido con las esperanzas de los dirigidos por Carlos Mayor, que nunca pudieron meterse en el partido.
Más allá de alguna chance aislada, los dueños de casa se vieron sobrepasados por la asfixiante marca riverplatense y la impecable circulación cada vez que la visita recuperaba el balón en campo contrario, lo que incluso podría haber derivado en que la diferencia en el resultado fuera más abultada antes del descanso.
En el arranque del complemento, River no bajó la intensidad y llegó al cuarto tanto después de una doble pared que tuvo a Teo como principal protagonista y que el propio colombiano terminó enviando a la red con una sutil definición. A partir de allí, los del Muñeco sacaron el pie del acelerador.
El entrenador del Millonario aprovechó para darles minutos a algunos juveniles (Tomás Martínez, Lucas Boyé y Giovanni Simeone), en un contexto mucho más adecuado que el de la primera fecha ante Gimnasia, y los chicos respondieron acoplándose a un equipo que mostró su mejor versión.
Así, el último campeón del fútbol argentino mantuvo su invicto en el Campeonato de Primera División, se posicionó a dos unidades de Vélez, que tiene puntaje ideal y, principalmente, encontró un funcionamiento que lo ubica como serio candidato a revalidar lo hecho en el semestre pasado. El miércoles, intentará seguir por las senda del triunfo ante Defensa y Justicia.
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