Otro enfrentamiento monstruoso.
Kentaro Miura tiene la extraña habilidad de crear personajes horrendos en todos los sentidos, con sigue que te den asco tanto en su diseño como en su forma de ser. Un claro ejemplo de esto es el rey de Midland, que según van pasando los tomos, más desagradable me parece. Pero donde se luce el autor, es en los "apóstoles" (que parece ser como se hacen llamar los monstruos que aparecen por el mundo de Berserk), el que se lleva el protagonismo en este tomo hace valer el significado de monstruo en todos sus aspectos. Es curioso cómo pese a ser un personaje con el mismo origen que Zodd, en forma de ser no se parecen demasiado. Es cierto que tanto él como el Perro Negro son muy violentos, dos auténticas bestias que disfrutan de la batalla sobre cualquier otra cosa, pero Zodd parece tener algún sentido del honor... e incluso que respeta ciertas normas, algo que el otro no hace.Gracias a la aparición de este monstruo, este tomo es frenético y está lleno de acción. Si en el anterior veíamos a Guts matar y matar enemigos sin apenas inmutarse, en este volvemos a ver al protagonista contra las cuerdas, incluso teniendo miedo (y no me extraña viendo lo que tenía delante). Por otro lado, cada vez que hay una viñeta que se centra en la mirada o en las expresiones de Griffith, me da muy mal rollo. Los monstruos no paran de hacer referencia a algo que está a punto de pasar y que tiene al Halcón como eje central, pero claro, nada parece indicar que lo que se avecina vaya a ser algo bueno.
En conclusión, un tomo lleno de acción y que sigue dando pinceladas sobre lo que va a pasar en un futuro no muy lejano, empieza a superarme la intriga y tengo muchas ganas de ver qué es eso que no paran de anunciar.