Lo que todo shonen debe tener.
Este tercer tomo nos deja unas cuantas perlitas, pero la primera es sin ninguna duda All Might. Diréis, "pero si ya ha salido un montón de veces", si, pero en esta ocasión le vemos en un combate serio, donde debe dar lo mejor de sí mismo para solventar la situación. El problema es que como ya sabemos, el pobre tiene sus limitaciones y eso complica todavía más las cosas. Me ha gustado mucho el cómo han desarrollado su enfrentamiento contra los villanos, sobre todo porque es a dos bandas... por un lado están los que ven como lucha y creen que ya está todo solucionado; y por otro los pocos que saben de su problema, que ya se toman lo que ven con más preocupación.De los villanos no se dice demasiado, sólo dejan claro su objetivo y poco más. Aunque el misterioso personaje que les proporciona información (del que no vemos ni su sombra, algo bastante extraño en un shonen xDD), me dejó muy intrigado, más que nada porque puede ser cualquiera... incluso alguien de la escuela ¬¬.
Si en el tomo anterior, se empezaba a ver cómo alguno de los compañeros de Midoriya despuntaba sobre el resto e iban ganando en interés, en este pasa lo mismo. Hay varios que tienen varias escenas interesantes, pero el que más llama la atención es Todoroki. Es de los que tienen los dones más poderosos de la clase, sino el que más, y tanto su pasado como la familia de la que procede parece que tienen o van a tener algo de relevancia en la trama en un futuro. Además vemos a casi todos los demás en acción gracias al "Festival Deportivo", o lo que viene siendo el TÍPICO torneo de los shonen de batallas. ¿Esto quiere decir que el manga baja enteros?, pues por ahora no, el autor ha aprovechado para explicar un poco más cuáles son los diferentes estamentos en los que se divide el trabajo de héroe y, el festival tiene ciertas normas que hacen bastante interesante el cómo y en qué puesto terminen los participantes.
En conclusión, el manga sigue en la misma línea, bien pero sin despuntar.