Masakazu me trollea.
Empieza a ser demasiado evidente la predilección del autor por Konoha (o incluso por la familia Amagi). Después de los acontecimientos del tomo anterior, todo parecía que iba de perlas para el protagonista y su pareja, pero en unas cuantas páginas parece que se da la vuelta a la tortilla sin saber muy bien el porqué. Al igual que los héroes de este manga, Tanaka y Konoha también son muy diferentes entre sí, aunque tienen situaciones familiares parecidas (sentimentalmente, porque económicamente es imposible compararlas) las afrontan de formas distintas, la primera optó por dejarlo todo atrás y la segunda por sufrir en silencio. La verdad es que ninguna de las dos es mala persona, pero siento más simpatía por Hanako y no me gusta por dónde está yendo su trama.Por otro lado, si creía que el Alphas de Kouga no tenía el poder suficiente y que seguramente le harían un power-up, pues han tardado menos de lo que me esperaba. No es que sea un cambio demasiado significativo, pero le da más libertad de movimientos. Además, gracias a eso, empieza un nuevo arco con un dibujante de manga, que al principio ni me interesaba, ni entendía qué pintaba en la historia, ni me gustaba nada... llegué a pensar que era relleno, pero al final enlaza con los Evol y sale otro personaje del estilo Haitani que le algo más de chicha al tomo. Por último hay una conversación bastante interesante con Jin, el patriarca Amagi y un par de personajes más, que si bien tiene algo de contenido relevante... tampoco me pareció tan impactante o reveladora como otras.
En resumen, este tomo me ha parecido algo más flojo que los anteriores. Espero que el siguiente vuelva al ritmo que había cogido este manga.