El lunes 01 de setiembre se realizó el Road Show organizado por Vini Portugal y Wines of Portugal, aquí en la capital paranaense, Curitiba, en dos salones reservados para dicho evento en Porcini Trattoria en el centro de la ciudad, y para esta parada –otras ciudades brasileñas consideradas fueron São Paulo, Florianópolis, Ribeirão Preto, y cerrarán el tour éste viernes 05 en Vitória- tuvo a 12 productores /importadores cada uno con varias marcas a disposición del público interesado; aquella legión de adoradores a Baco crece más y más en Brasil y aquí en Curitiba lo podemos comprobar, y aquella noche pudimos estar ahí.
Existe un pequeño problema cuando la legión a la que nos referimos es mayor: son muchas las personas en busca de información –y lógico, de vino- y pocos como cortos los momentos –de 17:00 a 19:00 horas- para intercambiar palabras con los productores, pues no nos parece apropiado acaparar la atención de una persona cuando hay muchas que también quieren saber de él y de sus productos. Pero por otro lado, es gratificante ver cómo cada vez hay más gente interesada en conocer más acerca de este maravilloso mundo del vino, saber con cuál comida podría armonizar el caldo que está degustando en aquel momento. Como en muchos aspectos, en cuanto a vinos los brasileños la tienen bien clara: no hay roche por preguntar, todos van (vamos) -además de degustar vino- en busca de conocimiento, de empaparse aun más sobre el tema.
Y el tema –el maravilloso mundo del vino- es muy amplio, y como hace algunas semanas atrás lo fue con Uruguay, con su cepa bandera, el tannat, hoy fueron vinos portugueses: todo un universo totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados, y ese era un punto interesante que estaba en boca de muchos pues prácticamente el mensaje subliminal era “esqueça de Argentina e Chile..!!” (“olvídese de Argentina y Chile..!!”), conscientes de que por aquí -como en Perú- el mercado es dominado por vinos de esos países vecinos los lemas con los que apelan en los libros y guías a dejar de lado esa costumbre eran “Esqueça o común, aproveite o único” (“olvídese de lo común, aproveche lo que es único”), o “Desafie os seus sentidos, aprecie o que é único” (“Desafíe sus sentidos, aproveche lo que es único”), pues realmente los vinos portugueses son caldos totalmente diferentes a lo que estamos acostumbrados a beber por estos lares. Para tener una idea, Portugal cuenta con 250 cepas autóctonas, y si para los que conocemos muy poco de ellos los nombres de Touriga Nacional, Trincadeira, Arinto y Albariño se nos torna algo conocido, ya Touriga Franca, Baga, Encruzado, y Fernão Pires, -por mencionar sólo 4- nos genera un gran signo de interrogación, una sensación de sorpresa que no tratamos de esconder, por el contrario, nos emociona saber de su existencia y tal vez hasta poder probar vinos trabajados con esas cepas, mezclados entre sí en blends generosos, corpulentos, elegantes y con mucho carácter, pero también blends trabajados con castas más conocidas como el cabernet sauvignon, el syrah, entre otras. En cuanto a sus indicaciones geográficas las más conocidas quizá son Alentejo, Dão, Porto e Douro -y aun así sabemos muy poco de ellas-, ya Tras-os-Montes, Beira Interior, Távora-Varosa, Bairrada, entre muchas otras están ahí prestas a ser descubiertas por la gran mayoría por estos lares.
Sí, definitivamente no mienten cuando apelan a un universo único, muy probablemente igual de maravilloso del que conocemos un poco más.
Dueño de un acento típico portugués, don Mário Neves, Director de la vinícola Aliança Vinhos de Portugal, se expresa con la fuerza y el cariño cuando se le interroga por sus productos en la mesa. Hay mucha emoción en sus palabras, y como buen padre no desdeña a ninguno de sus hijos, conocedor de la importancia de vinos como Casal Mendes en sus variedades Rosé y Verde. Cris experimentó el rosé y quedó encantada: de un rojo muy vivo con una hermosa tonalidad algo anaranjada y de una inusitada frescura. Esta marca es su caballito de batalla, los que le dan margen y entrada, abarcando un público más amplio. Ya del otro lado están sus hermanos mayores: Aliança Reserva y Quinta dos Quatro Ventos. El primero es muy afrutado en nariz y en boca, y al probarlo, además de refrendar esa sensación tiene un sutil toque de tostado. El segundo es mucho más potente y corpulento, tiene una mejor acidez, todo en perfecta armonía. Ambos probamos estos dos, Cris gustó más del segundo, yo de ambos. Aliança es una vinícola con más de 80 años de vida, y uno de sus primeros mercados, además de Europa y África fue justamente Brasil. La sorpresa fue mayor cuando nos dijo que se vendían en la cadena Angeloni, lugar con una buena área para vinos que solemos frecuentar. El fin de semana que nos esperen por allá.
Al frente estaba la mesa para los caldos de la vinícola Bacalhôa Vinhos de Portugal. Esta vinícola fue fundada en 1922 y detenta viñedos en las regiones más famosas y conocidas de Portugal: Alentejo, Dão e Douro, Península de Setúbal, Lisboa, y Bairrada. Aquí pudimos apreciar su Quinta de Bacalhôa Tinto 2011, un cabernet sauvignon que si por algún momento pensamos que por ser trabajado con esta cepa más conocida por nosotros íbamos a sentirlo un tanto más familiar, craso error. De un terruño totalmente diferente como lo es la Península de Setúbal este tinto totalmente diferente creó divergencia entre nosotros: Cris prácticamente lo adoptó como suyo, a mí me arrolló. Es un tinto que claramente tiene larga vida por recorrer, se apreciará mejor con algunos años en botella, y aquel día lo encontré avasallador, potente, inclusive algo rústico; ya Cris me miraba y me increpaba: Como não pode gostar desse vino..!! No es que no me guste, sólo creo que no es para mí, al menos en ese momento. Ella lo encuentra corpulento, sensaciones afrutadas muy bien integradas a la rica y marcada sensación a madera, de final largo con retrogusto especiado y una marcada sensación mentolada. Aunque lo disfrutó solo cree que estará mejor con comida. Luego, yo probé Tinto da Ânfora 2011, éste está más domado, más sedoso, muy afrutado, la madera presente. Fue ahí, degustando este interesante tinto que comienzo a reparar en los efectos de ambos tipos de vino: los más jóvenes, incluso los reserva, y los de guarda. Mientras los dos primeros destacan en eventos como éste pues están listos para ofrecer todo el potencial que tienen en el momento exacto de la degustación, los de guarda por necesitar un tiempo de decantación e inclusive mayor tiempo en botella, en el momento de la degustación pueden pasar la impresión de ser “tíos cascarrabias”. Es un error en el que no debemos caer, aunque Cris parece tenerla más clara que yo, y me alegra percibir eso. Y mientras degusto aquel último, ella se manda con el Meia Pipa Private Selection 2011 mientras me mira de soslayo con una sonrisa coqueta. Yo, creyendo que es el efecto de tanto elixir, minutos más tarde, en cuanto vamos a la sala de comidas, me vuelve a encarar: Tinha um Private Selection na sua frente e você pega aquele ânfora…? La verdad es que no lo ví, y el Tinto de Ânfora sí lo disfruté. Ella encuentra aquel Meia Pipa Private Selection con las frutas negras a flor de piel, potente, voluminoso en boca, muy intenso, aunque lo encontró muy sabroso también pide comida. Definitivamente los vinos de esta vinícola se las traen. Hablando de comida, la necesitábamos, y hacia allá fuimos.
Aproximadamente una media hora después nos acercamos a la mesa de la importadora Interfood que representa a la vinícola Aveleda Portugal. Algo curioso pasa al menos por aquí con esa vinícola. Mencionan su nombre y un gran signo de interrogación se crea en una pequeña nube encima de nuestras cabezas. Pero antes de terminar de mencionar Casal Garcia ipso facto las imágenes de estos vinos aparecen en nuestras mentes. Sin embargo esta vinícola data de 1870 nada menos, y a través de varias generaciones de una misma familia llevan esta empresa que detenta aquella popular marca mencionada líneas arriba, Casal Garcia. Esta marca es tan popular cuanto lo son el chileno Casillero del Diablo, y el argentino Trapiche –los varietales de su línea base-, o sea, una marca con mucha presencia en el mercado, los encuentras sin buscarlos, de gran distribución y rotación. Cualquier vinícola en el mundo quisiera ostentar una marca como ésta –o como esas marcas chilena y argentina mencionadas- que les da un amplio margen para otros emprendimientos. Son vinos jóvenes, para ser bebidos en cuanto salen al mercado, joviales, frescos; son muy populares por aquí. Aunque no aparece en este blog –en nuestro pequeño espacio sólo aparecen los vinos que bebemos en casa- hace un tanto que no bebíamos un Casal García. Cris se aventuró con el rosé que no conocía: sensación a fresas muy marcada, suave, simpático, refrescante. Ambos probamos el Aveleda Alvarinho 2013; no es atractivo a la vista, de una débil tonalidad, pero en boca es fresco, tiene un toque mineral. Luego yo pude probar el Charamba Douro 2012, totalmente desconocido para mí: jovial, no parece pasar por barricas –vino portugués sin paso por barricas, si hasta parecía que no había, ¡claro que los hay!-, sedoso, taninos suaves, muy fresco, me lo imagino para aquellos días veraniegos donde dudas abrir un tinto, éste no estaría nada mal; interesante. Si algún lector llegó hasta estas líneas y es del que está comenzando a apreciar vinos, los caldos de la marca Casal García pueden ser una entrada perfecta a un mundo muy amplio y diverso, como maravilloso. Estos vinos pueden ser los que te enganchen a continuar descubriendo cada vez más, probar otros más complejos, para luego regresar a esa marca siendo recordada con el cariño y la gratitud con el que se recuerda el primer amor.
El evento estaba muy bien organizado. Se había destinado otro salón para la amplia mesa con bocaditos y piqueos muy variados como se puede apreciar en dos imágenes hacia la mitad de este post. Mientras conversábamos y revisábamos nuestras anotaciones en las guías que proporcionaron en la entrada reparamos de la amplia pantalla que ahí había. Al parecer ahí se realizó con unas 2 ó 3 horas de antecedencia el Master Class dirigido a los “profesionales del área”. ¿Sólo los “profesionales” necesitan aquellas charlas y exposiciones? ¿Y el público entusiasta, potenciales consumidores? Como a muchos otros nos hubiese encantado poder estar presentes y aprender más sobre el clima, la diversidad de terruños, cepas y caldos con que cuenta Portugal. Pero eso no minimizó la gran experiencia que proporcionó un evento como éste, ojalá en otros años se pueda repetir y nuevamente Curitiba sea considerada en el tour. Para más informaciones sobre diversos eventos en el mundo entero la página web de Wines of Portugal está aquí, y también la pueden seguir por el facebook aquí. Así también el facebook de Vinhos de Portugal Brasil aquí. Y la página web de Vini Portugal aquí.
Y todo lo encontrado aquella noche de hecho es sólo un poco de lo mucho que tiene Portugal por ofrecer; un cachito como para provocar. Con esa estrategia de marketing intentando diferenciarse claramente de los productos dominantes –argentino y chileno- en el mercado brasileño no exageran un ápice al presentarse como vinos con una personalidad única, diferentes entre sí, que albergan toda una antigua historia y tradición vinícola de alta calidad, todo un maravilloso universo por conocer.