Este lunes por la tarde se exhumó en el cementerio de Miramar la tumba de Liam Rodríguez, de sólo dos años de edad, y se confirmó el que era el mayor temor de si mamá: su cuerpo no estaba ahí. El caso se suma a la desaparición este mismo mes del cadáver de Ciro Lescano, de sólo cuatro meses, extraído del mismo predio con fines todavía desconocidos.
Este último descubrimiento surgió inclusive en el marco de las investigaciones por la desaparición de Ciro. Es que los padres de Liam reconocieron la ropa de su hijo, que fue encontrada durante los rastrillajes que intentaban dar con los restos del otro chiquito. El caso abrió una nueva causa.
Según precisó el diario La Capital de Mar del Plata, Liam murió el 4 de febrero pasado, luego de un trágico accidente doméstico. Lo que ocurrió fue que un televisor se desprendió del soporte del que colgaba y cayó sobre la cabeza del bebé.
Durante las pericias ordenadas por el fiscal Alejandro Pellegrinelli para dar con el cadáver de Ciro, se encontró en inmediaciones del cementerio de Miramar una bermuda de jean y una campera. La madre del bebé buscado vio que la ropa no era de su hijo y publicó una foto de las prendas en Facebook. Allí fue cuando los padres de Liam las reconocieron y pusieron en duda que los restos de su bebé aún estuvieran enterrados.
Tras presentar la denuncia en la policía de Miramar, se comenzó con los trámites para la exhumación. Peritajes geológicos y químicos reafirmaron la hipótesis del robo. Este lunes se confirmó finalmente que el cadáver no estaba. La orden de desenterrar el féretro, que estaba en perfectas condiciones pero vacío, también fue expedida por el fiscal Pellegrinelli.
El medio local agrega además un dato estremecedor. Cuatro días después de la muerte, el 8 de febrero, la familia Rodríguez había puesto una lápida sobre la tumba, con una cubierta de cemento y bordes ornamentales en ladrillo. La estructura estaba intacta. La única explicación posible es que cuando fue colocada, el cuerpo ya no estaba ahí.