FUGITIVOS
En la más alta y dura butaca de la casatú te sentabas como si estuviesesen una de esas sillas plegables para playa...,muy píamente, mas fuera de lugar:apoyando en la alfombra el codo izquierdo,ante la chimenea, que al encenderse manchay casi ha convertido tus uñas en carbón.Durante los inviernosy los frescos veranos del condado de Kent,frunces el entrecejo para centrar mejortu hipnótica mirada de adivinasobre el pálido azul de uno de esos cuadernosen los que los alumnos escriben sus exámenes...No sobre uno, sobre las dos docenasque alfombran todo el suelo de la casa,mientras que un solo párrafo de tu caligrafía,grande y redonda, legible, sería suficientepara llenar del todo un cuadernillo.Atleta innato... Mas tu lesión de espalda,hace que media hora de mecanografíacomporte una semana de dolencias.Tu escritura procede de tu propia opulencia,de tu ruina y belleza, de los buenos modalesy hasta del salvajismo...De tu bisabuela Webster recibiste la herenciaasfixiante de tantas privaciones,la muerte en un asilo de su endeble hija celta,el suicidio de tu tía Verónica,patológicamente juvenil y contenta(finalmente suicida), las traicionesde tu padre a ti mismo, precipitándosea su muerte de militar con destino en Camboya,anexada a Inglaterra por el virrey de entonces:el padre de su padre...Todo esto y más es nuestra vida entera.En época de crisis,todas nuestras tajantes, drásticas decisioneshan hecho de nosotroslos seres fugitivos que ahora somos.
Robert Lowell en Día a día.
Versión de Luis Javier Moreno.