Roberto Durán. Manos de piedra

Publicado el 16 marzo 2013 por Davidmaldini @ConDdeDeporte

Considerado como uno de los mejores boxeadores de todos los tiempos y quizás el mejor en pesos ligeros, Roberto Durán Samaniego, nacido en El Chorrillo, Panamá el 16 de junio de 1951, fue apodado como “Manos de Piedra” debido a la fiereza con la que soltaba sus increíbles golpes que mandaban a la lona a sus rivales. También destacó especialmente por su velocidad de movimientos, ayudado por su impresionante forma física, lo que le brindaba una defensa casi imposible de traspasar. Si a estas dotes físicas les añadimos una inteligencia para pelear fuera de lo normal, que le permitía desgastar a sus rivales para asestarles el golpe perfecto en el momento adecuado, obtenemos como resultado un magnífico boxeador. La infancia de Duran no fue fácil, ya que creció en un barrio humilde y pronto dejó los estudios. Sin embargo, Cándido “Chaflán” Díaz, conocido de la región, impidió que Durán se convirtiese en un niño problemático introduciéndolo en el mundo del boxeo. Alrededor de este deporte “Manos de Piedra” Durán pasó el resto de su vida y pronto desarrolló un talento que dejó perplejos a todos.

Como todo boxeador, los inicios de Durán tuvieron lugar en el boxeo amateur, ganando algunos combates y prometiendo un gran futuro. Sin embargo, el paso a boxeo profesional se dio relativamente pronto en la vida de “Manos de Piedra” y en 1968, con tan solo 16 años, comenzó su andadura como boxeador profesional. Al principio, Durán no tenía agente de prensa ni representante y aun así consiguió una racha de 21 victorias consecutivas sin ningún tipo de ayuda profesional especializada. Este hecho hizo que un personaje adinerado como Carlos Eleta comprase sus derechos y le presentase con entrenadores con experiencia para que le catapultasen hacia lo más alto en el panorama boxístico, puesto que ya se veía que Durán tenía cualidades para ello. Los elegidos para entrenar a “Manos de Piedra” fueron Ray Arcel, quien ya había entrenado con anterioridad a leyendas de la talla de Benny Leonard, Tony Zale o Ezzard Charles, y por otro lado Freddie Brown, quien fue parte importante en la preparación de Rocky Marciano, además de ser discípulo de Charlie Goodman.

El 26 de junio de 1972, a la edad de 21 años, tras 30 victorias seguidas, 19 de ellas por K.O., “Manos de Piedra” Durán saltaría a la fama internacional al conseguir vencer en trece asaltos al hasta entonces campeón de los pesos ligeros Ken Buchanan en el Madison Square Garden de Nueva York. Aunque fue una pelea apretada, parecía en todo momento que Duran llevaba la iniciativa y el mayor número de golpes. Finalmente, en el decimotercer asalto, “Manos de Piedra” golpeó tan fuertemente a Buchanan que el antiguo campeón flaqueó y se quedó de rodillas en el ring, aunque no llegó a desplomarse en el mismo, lo que hubiera supuesto el K.O. definitivo. El árbitro, por su parte, considerando que Duran llevaba ventaja sobre su oponente y eventualmente ganaría el combate por puntos y, temiendo que Buchanan fuese a perder tiempo exagerando el golpe sufrido para que sonase la campana y pudiese recuperar aliento, decidió dar por finalizada la pelea declarando ganador y nuevo campeón a “Manos de Piedra” Duran.

Como campeón del mundo en 135 libras, Durán defendió su título en doce ocasiones y peleó un total de 20 peleas más sin implicar dicho título. De estos 32 compromisos, sólo sufrió una derrota en una pelea que no implicaba la disputa del campeonato ante el puertorriqueño Esteban Dejesus tras decisión unánime después de diez asaltos. Sin embargo, en la revancha, esta vez con el título de campeón de los pesos ligeros en disputa, Duran no dio tregua a su rival y consiguió vencerle por K.O. tras once asaltos. Finalmente, en una tercera pelea contra el propio Dejesus por la unificación del título de los pesos ligeros, celebrada el 21 de enero de 1978 en el Ceasar’s Palace de Las Vegas, Duran se encontraba en el punto álgido de su carrera y combinaba movimientos brillantes con dotes boxeadoras excelentes. El arte de “Manos de Piedra” recordaba a los boxeadores de antaño. Duran consiguió vencer a Dejesus por K.O. en el décimosegundo asalto manteniendo y unificando su título de pesos ligeros.

Más tarde, el 22 de julio de 1979, Duran se enfrentaría al antiguo campeón del peso welter, el mexicano Carlos Palomino, quien era un peleador potente de 147 libras. Sin embargo, Duran se impuso por decisión unánime tras diez asaltos. Palomino declararía que era muy difícil golpear a “Manos de Piedra” debido a su gran velocidad y poderío físico. Duran ya se medía en la categoría de peso welter y no tardaba en llegar su oportunidad de pelear por el título de dicha categoría. Finalmente, esa oportunidad le llegaría el 20 de junio de 1980 en el estadio Olímpico de Montreal, Canadá, donde se enfrentaría a la leyenda y hasta entonces invicto Sugar Ray Leonard. En una pelea trepidante por ambos boxeadores, Duran consiguió llevar el peso de la contienda a su terreno e infligir un daño importante en su oponente, a tal extremo que, cuando sonó la campana dando por concluido el último asalto, no había nadie que dudara que “Manos de Piedra” había sido el vencedor de dicha pelea. Los jueces así se decantaron en su decisión unánime y Duran se convirtió en nuevo campeón del peso welter.

A pesar de este éxito, la fama de Roberto Duran sufriría un revés en su siguiente pelea que sería una revancha contra Sugar Ray Leonard. Esta contienda se celebraría unos meses más tarde que la primera, esta vez en el Superdome de Nueva Orleans. Durante el desarrollo de la misma, Leonard adoptó una actitud hostil contra “Manos de Piedra” llevando a cabo burlas y movimientos extraños. A pesar de ello, Duran casi no sufría daños físicos. En el octavo asalto, sin embargo, Duran tiró la toalla inexplicablemente y abandonó el combate. Hubo mucha polémica en torno a esta decisión e incluso hubo quien pensó que “Manos de Piedra” se había dejado perder como consecuencia de una oferta económica. La versión oficial dice que Duran no quiso pelear más con Leonard al considerar que este se estaba burlando de él. Textualmente se dice que Duran comentó: “No quiero pelear más con este payaso”. A lo que alguien de su cuerpo técnico profirió la frase de “No más”, que a la postre se haría famosa recordando esta pelea tan polémica.

Parecía que esta segunda pelea contra Leonard y la forma en la que finalizó traerían consigo la debacle deportiva de “Manos de Piedra”. Los combates subsiguientes no hicieron sino aumentar este ambiente de pesimismo en torno a la figura de este púgil. Tanto es así que primero Duran perdería por decisión unánime ante el veloz puertorriqueño y tres veces campeón Wilfred Benítez por el título de peso semi-ligero y posteriormente sufriría un durísimo revés ante el británico Kirkland Liang, en lo que fue considerada la mayor sorpresa boxística del año 1982. Parecía que la carrera de “Manos de Piedra” estaba en un descenso sin frenos. Entonces Duran resurgió como sólo él sabe hacerlo para conseguir mantenerse en la pelea por los títulos del boxeo. Primero vencería por K.O. al ex campeón del peso welter de la Asociación de Boxeo (WBA), el mexicano Pipino Cuevas en cuatro asaltos. Después pelearía una vez más por un título de campeón del mundo. Esta vez por el peso semi-ligero enfrentando al estadounidense Davey Moore, en ese momento con récord de imbatibilidad. Esta pelea fue una muestra de la experiencia de Duran que, a pesar de estar peleando contra un púgil más joven y con mejor forma física que “Manos de Piedra”, dominó el combate en todo momento y asestó golpes mortales al cuerpo de Moore para finalmente vencer plácidamente este combate y hacerse con un nuevo título mundial.

A pesar de haber vuelto a la escena del boxeo mundial, Duran ya contaba con una edad avanzada y su boxeo no era el de antes. Esto tuvo como lugar que pronto perdiera el recién adquirido título de campeón del mundo de peso semi-ligero, así como que sufriera un buen número de derrotas, no sin antes conseguir obtener otras tantas victorias importantes. La última victoria de renombre que consiguió “Manos de Piedra” fue contra el estadounidense Iran Barkely en la disputa del peso medio, celebrada en Atlantic City el 24 de febrero de 1989. Con 37 años Duran llevaba a cabo la que a la postre consideraría “la mejor pelea de su vida”. Enfrentaba a un rival más joven y en mejor forma física que él, que, además, venía de obtener una fascinante victoria por este mismo título mundial contra Thomas Hearly, el único púgil que había conseguir derrotar por K.O. a Duran en sus mejores épocas. Duran utilizó todo su arsenal boxístico, recurriendo a su defensa cerrada, que incluía hábiles movimientos de cabeza para evitar ser golpeado, mientras se defendía con poderosos contraataques en el momento en el que su rival se encontraba desprevenido por estar atacando. Sin embargo, la defensa de Duran no era la de antaño y en el séptimo y octavo asalto recibió sendos impactos brutales de Barkley que hubiesen tumbado con total seguridad a casi cualquier púgil de esa edad y estado físico. Sin embargo, no podrían con “Manos de Piedra”, quien demostró tener una espectacular resistencia a los golpes y se mantuvo firme. Duran continuó la pelea y en el decimoprimer asalto asestó una conexión de golpes a un Barkley ya cansado que terminaron por mandarle contra la lona. A pesar de ello, el estadounidense volvería, pero la decisión ya estaba decantada a favor de Duran.

A la edad de 40 años, Duran continuaba peleando a un buen nivel, aunque no era el de antes, y perdió algunos combates por decisiones polémicas contra Vinny Pazienza primero y Hector Camacho Sr. después, no sin antes conseguir algunas victorias importantes. Finalmente, el 14 de julio de 2001, Roberto “Manos de Piedra” Duran se subiría por última vez a un cuadrilátero, aunque esta fuese una nueva derrota contra Hector Camacho Sr. significaba el final de una leyenda que llegó a lo más alto viniendo desde un barrio muy humilde. Roberto Duran se encuentra siempre en las quinielas de mejores boxeadores del siglo XX por sus habilidades boxeadoras que siempre serán recordadas por todos aquellos que tuvieron la fortuna de verlo boxear en vivo y por aquellos que lo rememoran a través de los recuerdos que han dejado sus vídeos grabados.

ANDER JAVIER AGUIRRE CARRIÓN