Trepado al naranjo un día de llovizna
mientras mi bolso arquea la rama,mi abrigo se cubre de pequeñísimas gotas;
debo estar loco de no saber agradecer.
La vida es un árbol que se carga de frutos,
sólo que no hay por qué esperar un día de sol,sólo que nada hay que esperar sino la vida
corriendo como un viento entre las hojas.
Trepado al naranjo mi bolso arquea la rama,
con esta carga será -pienso- difícil bajar,mientras tanto prosigo cortando naranjas
entre espinas y gotas de lluvia.
El viento tiene algo que decirnos esta noche.
Si no le oímos será porque creemos demasiado en nuestros asuntos.Será porque confiamos en que nuestras tristezas o nuestras preocupaciones
llegarán a algún sitio. Pero el viento pasa y nunca llega.
Nos hemos acostumbrado a un mundo demasiado seguro,
y si no vemos el fondo de cada cuestión no nos damos por satisfechos,
pero no hay fondo, y las cuestiones no importan.
La seguridad es lo que nos desvela, pero el viento,
el viento tiene algo que decirnos hoy.
No nos ponemos de acuerdo en nuestros desconciertos
y el viento pasa y nos dice algo que lleva nuestros nombres,
el viento que pasa y nunca llega.
Roberto Daniel Malatesta (Santa Fe, 1961). Flores bajo la lluvia. Ediciones del Dock. 1998.