La primera vez que apareció en el cine fue en Robin Hood de 1922, una película muda con uno de los grandes actores de acción de esa década: Douglas Fairbanks, que inauguró la extensa lista de intérpretes que dieron vida al héroe. Su poderío físico le permitió crear un Robin Hood semejante a un acróbata para uno de los grandes éxitos de la época.
Con su habitual capacidad para reconvertir cualquier escenario histórico, Disney transformó la Inglaterra medieval en Robin Hood de Disney (1973), dejando a un lado cualquier pretensión de realismo porque Robin es un zorro al que acompañan un oso, un gallo y una tortuga, la película es un torbellino de colores y aventuras con el sello clásico de la Factoría.
Protagonizada por Sean Connery y Audrey Hepburn, una versión que no sigue fielmente la leyenda es El Regreso de Robin Hood (Robin and Marian - 1976), que imagina la transición del personaje por la edad adulta, Robin vuelve a Sherwood tras 20 años luchando en tierra santa a las órdenes del rey Ricardo y Marian se ha convertido en monja, pero ambos recuerdan los ecos de la pasión en una gran historia de amor.
Realizada para la televisión y protagonizada por Patrick Bergin, tenemos a Robin Hood, el Magnífico (Robin Hood - 1991), que compitió sin éxito contra la más comercial y cara versión protagonizada por Costner que arrasó en cuanta sala fue proyectada. Hay que destacar que esta es una de las versiones más oscuras del personaje, aunque prevalece en primer plano la historia de amor, protagonizada por una joven Uma Thurman en el papel de Lady Marian.
Ahora Ridley Scott y Russel Crowe repiten dupla en esta nueva versión llamada simplemente Robin Hood, que está totalmente alejada de las que hasta ahora se han hecho con la figura de este mítico y carismático personaje, mostrando a un héroe más humano, con deseo de venganza. Robin Hood, ladrón o héroe, sus hazañas han sido una mitología popular y encendió la imaginación de todos los que comparten su espíritu aventurero y deseo de rectitud frente a la injusticia humana.