A raíz de la entrada de Javier González de Dios en Pediatría Basada en Pruebas sobre libros escritos por pediatras para regalar, voy a comentar otro aspecto diferente, los libros escritos hace tiempo y que casi ya son clásicos, pero que todos los niños y adolescentes deberían leer.Y no esperar a la peli.
Ojo a los cartageneros-murcianos que os va a gustar
En la época del guasap, aípa, el tuiter, el tuenti y lo que te rondaré morena, creo es muy importante adecuar en la lectura de más de 140 caracteres. Pocos saben del placer de la lectura al contemplar a alguien leyendo. Hay que vivirlo. Las versiones cinematográficas tampoco pueden ser sustitutas del texto, ya que la imaginación, el rostro, la compostura, etc de los personajes es un proceso mental que es individual del que lee, siendo diferente para cada lector. Yo leí El Señor de los Anillos con 11 años y no me quedaron secuelas (tampoco al autor del blog scientiablog, aunque no lo parezca, creo), sino todo lo contrario.
Uno de estos libros es Robinson Crusoe, de Daniel Defoe. Espero que lo hayáis leído, porque es una aventura con mayúsculas (no vale ver Naúgrago). Escrita en 1719, es una de las novelas de aventura por antonomasia(signifique esto lo que signifique). En ella, el autor escribe su propia biografía de los 28 años que pasó en una isla desierta tropical, en la desembocadura del Orinoco. Es presa de un naufragio y se cree el único habitante de la isla. El dinero que rescata del naufragio de poco le sirve. Cuando logra subsistir por sí mismo y habituarse a la soledad, descubre que no está solo, sino que una tribu de aborígenes vive allí, teniendo múltiples conflictos con estos. Sea una alegoría del colonialismo, de la superación humana, u otras teorías, es una de las novelas más leídas de la historia.
Archipiélago Juan Fernández
La historia de Juan Fernández también es digna de mención. Si fuera americano sería un héroe nacional, aquí en Cartagena tiene una calle al lado del Corte Inglés, y ya le va. Descubrió el archipiélago entre 1563 y 1574, buscando evitar la corriente de Humboldt (esto da para otro post), que hacía que el viaje por la costa del Pacífico de norte a sur cercano a la costa fuera muy lento, ya que los barcos iban a contracorriente. Acertadamente, se alejó de las costa y de esa corriente, descubriendo esas islas y haciendo que el viaje al sur se acortara en meses. También se cree que pudo descubrir Nueva Zelanda y Australia.
Pues todo esto os lo cuento para que cuando paseéis por Cartagena, penséis en los nombres de las calles, y ante el monolito que el ayuntamiento ha puesto a este insigne marinero, podáis contarle esta historia a vuestros hijos. Y de paso, regalarles la novela Robinson Crusoe, que seguro que os vendrá bien leer otra vez a vosotros
Bajo la placa hay semillas de varias especies únicas de esa isla
Mi amigo Humboldt y yo en una calle de Berlín hace unos años. Humboldt es el que se parece a Napoleón, ojo
Página de turismo del archipiélago