Estos cambios son la fuerza principal que se encuentra tras el frenazo del ascensor social –la caída de la clase media occidental- dando paso a un futuro desconocido e imprevisible, entre otras razones porque los avances tecnológicos en determinado sector no implican que el mismo los convierta en progreso económico, bien podría suceder que las mejoras tecnológicas no se tradujeran en aumentos de productividad resultando insignificantes para la economía. Esta interpretación es barajada por algunos sectores a la vista de muchas experiencias actuales de tecnologías en uso que no encuentran traducción en la creación de riqueza. Al menos por ahora.
Publicado por David Galland ‘Lo que he aprendido’ que lo recoge de un informe de Center for Retirement Research de Boston College.
El fondo del problema es la propiedad de los robots, su implantación permitirá acumular inmenso poder y riquezas, lo que dividirá el mundo en dos partes brutalmente alejadas muchísimo más que lo conocido desde mediados del siglo XX; aumentarán las desigualdades de forma extrema, unos pocos a un lado con enorme poder y riqueza acumulada y mayorías al otro despojadas de todo recurso, dispuestas a venderse por un trozo de pan. Y no siempre fue igual, las mejoras producidas en la mitad del siglo XX respecto al pasado, podrían desaparecer en poco tiempo.
‘’Steven Berkenfeld, director gerente en la división de banca de inversión de Barclays, resumió el proceso de pensamiento de la contratación de empresas hoy en día: "¿Puedo automatizarlo? Si no es así, ¿puedo subcontratar? Si no es así, ¿puedo darle a un contratista independiente? "La contratación de un empleado es el último recurso. ’’ Tyler Durden, en ZeroHedge