Rocamadour: La Minas Tirith real (Parte 2/2)

Por Acedera
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   Para la primera entrada de este año voy a cerrar mi ruta por las curiosidades del bello pueblo francés de Rocamadour. Por cierto que lo de bello no es sólo un decir mío, es cierto que Rocamadour no forma parte de la exclusiva lista que conforman la Asociación Les Plus Beaux Villages de France (Asociación de los pueblos más bonitos de Francia) y que está integrada tan sólo por 155 pueblos de los más de 32.000 que tiene el país galo, pero no forma parte de esta lista por el hecho de que Rocamadour aspira a entrar en otro club aun más exclusivo de Francia, el de Grand Site de France que viene a ser un distintivo oficial que aúna los lugares más importantes en términos de notoriedad, asistencia de visitas y protección medioambiental, es decir, la crème dela créme del país. Y aunque Rocamadour no tiene aún el ansiado distintivo, sí que es uno de los cuarenta y pico miembros que integran la Asociación y con muchas opciones de alcanzarlo en un futuro cercano.
   Pero entrando ya en faena, como les contaba en la Parte I, Rocamadour es un pueblo que se parece a una tarta de boda en cuanto a que está construido en niveles verticales debido a la escasez de terreno entre el río y el acantilado por el que parece escalar.
   Y me había quedado hablándoles de la Ciudad Santuario que se encuentra en el tercer nivel de la tarta y que esta conformada por hasta 7 templos que se asoman a un pequeño patio colgando del acantilado.
   Entre estos templos tenemos la capilla de San Miguel, San Juan, Santa Ana, San Blas o la extraña capilla de la señora del Óvalo con la que cerraba la Parte I. Pues bien, aun nos quedan curiosidades por descubrir como por ejemplo la Cripta de San Amador que fue construida en el siglo XII.
   En este lugar estuvo el cuerpo incorrupto de San Amador durante más de 400 años hasta que fue profanado durante las Guerras de Religión, pero lo que hoy en día llama la atención de la Cripta son sus gruesos muros agrietados y sobre todo su techo con doble arcos de piedra que da la impresión de soportar una pesada carga. Y efectivamente es lo que hace ya que la Cripta se construyó para ampliar el patio donde reposan los templos y más concretamente para servir de cimientos a las mayor iglesia del recinto, la Basílica de San Salvador que está situada justo encima y por eso en la edad media la denominaban la "Iglesia Alta", mientras que a la Cripta la llamaban la "Iglesia Baja".
   La Cripta es probablemente el recinto del Santuario que menos ha cambiado desde su construcción, al contrario por ejemplo que la Basílicas de San Salvador que ha sido muy reformada en sus 850 años de existencia.
   Como curiosidades os diré que esta iglesia se convirtió en basílica en 1913, está orientada hacia el sol naciente, utiliza el acantilado como una de sus paredes y a pesar de ser la mayor iglesia del recinto se tuvieron que añadir tribunas de madera para poder acoger a la enorme afluencia de visitantes que recibían.     Por cierto, justo en la puerta de entrada a la Basílica verán una piedra con inscripciones antiguas que bien podría estar en Khuzdul (la antigua escritura de los enanos en el Señor de los Anillos) o quizás sea Sindarín (la de los elfos) y lo que pone es: "Dí amigo y entra"... 
   ...aunque mejor si alguien nos saca de dudas....¿verdad?.
   Bueno, siguiendo con las curiosidades os diré que de todo el conjunto sólo la Cripta y la Basílica de San Salvador han sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y eso se debe a que forman parte del Camino de Santiago en Francia...
   ...y sin embargo, el edificio más famoso de Rocamadour y que atrae a la mayoría de visitantes no es ni la Cripta ni la Basílica, sino que es la Capilla de Nuestra Señora de Rocamadour ya que en la misma podemos contemplar la talla de la Virgen negra....

   Esta antigua imagen es muy venerada no sólo en Francia, sino también en España y Portugal donde pronto los peregrinos extendieron su culto, e incluso existe una parroquia dedicada a Nuestra Señora de Rocamadour en la mismísima Canada.
   Y es que a esta Virgen se le atribuyen numerosos milagros, de hecho eran tantos que ya en año 1172 se escribió el Libro de los Milagros para recopilar hasta 126 hechos divinos, entre los que destaca la victoria cristiana en la Batalla de las Navas de Tolosa.
   Pero los milagros no acaba aquí, si se fijan en la capilla podrán ver algunos objetos de los más curiosos, como por ejemplo maquetas de barcos colgando de las paredes...

   El motivo es porque, a pesar de que Rocamadour está a más de 300 kms del océano Atlántico, la Virgen tiene fama de proteger y salvar a los marineros.
   Además en el techo de la capilla pueden ver una pequeña campana (sin cuerda) y que al parecer sonaba siempre que la Virgen salvaba a un marinero de morir en alta mar. Cuando tiempo después el marinero acudía a dar las gracias a su Señora e indicaba la fecha en que había sufrido el naufragio, milagrosamente siempre coincidía con la fecha en la que había sonado la campana que era oportunamente registrada por los monjes.

   Pero no sólo los marineros han dado gracias a Nuestra Señora de Rocamadour sino que también podemos ver otros exvotos como por ejemplo numerosas placas de mármol grabadas con agradecimientos por los favores de la Virgen o lo que es más curioso, cadenas de presos que fueron liberados de sus condenas gracias a la indulgencias otorgadas por la Virgen Negra...

   Por cierto, la Virgen no siempre fue negra sino que se cree que fue el hollín de las velas o el óxido de la plata que la recubría las causantes del oscurecimiento de la madera hasta el tono que tiene en la actualidad. 
   Y es que la imagen es muy antigua, de hecho, según la leyenda fue tallada por el mismísimo Zaqueo que menciona la Biblia y que como ya saben, si han leído la Parte I, sería en realidad el ermitaño Amador que da nombre al pueblo.
   Sin duda Nuestra Señora de Rocamadour es la verdadera joya del pueblo, pero nosotros debemos continuar la visita y abandonar la Ciudad Santuario no sin antes dar una pequeña vuelta por un camino que suele pasar desapercibido para muchos visitantes que en sus prisas por traspasar la Puerta Santa ignoran el pequeño camino lateral que, empezando en el arco de la foto, bordea completamente los templos...
   Se trata del llamado Camino de Ronda, y no es que sea un lugar secreto propiamente dicho, eso es imposible teniendo en cuenta la afluencia de visitantes de Rocamadour, pero sí que es un tramo mucho más tranquilo si quieren alejarse un poco del bullicio de la Ciudad Santuario y desde donde hay unas bonitas vistas del entorno.
   Además este Camino de Ronda conecta directamente la Gran Escalera con el Camino de la Cruz del que os hablaré en breve, por lo que permite cerrar completamente la Ciudad Santuario para ofrecer una mayor protección de la misma.
    En las obras de construcción del camino de Ronda encontraron huesos y restos funerarios en la zona, yo lo que sí que encontré fueron algunos fósiles en la roca como este...
   ...¿será esta la primera vieira del Camino de Santiago?...
   En fin, como les contaba antes, el Camino de Ronda nos lleva hasta otro camino, el Camino de la Cruz, llamado así por que se trata de un bonito Vía Crucis con 14 estaciones de penitencia en un entorno boscoso maravilloso ideal para esos días que aprieta el calor. 
   Eso sí, al igual que ocurre con la Gran Escalera, el Camino de la Cruz pondrá a prueba sus piernas porque la ascensión (o el descenso) es bastante empinado.
   Son apenas 150 metros pero parecen las curvas del Tourmalet, por suerte el paisaje, las vistas y las esculturas que adornan el camino hacen más ameno el esfuerzo. Además hay alguna que otra sorpresa como una cueva con la imagen de San Antonio de Padua quien fue uno de los peregrino que subieron por la Gran Escalera o un curioso tronco de madera justo al lado donde hay cientos de chinchetas clavadas...
   Estos troncos están en muchas iglesias de la zona y en ellos se pueden clavar una chincheta dorada a cambio de un donativo para mantenimiento del lugar, es como las velitas que podemos encender en nuestras iglesias.
   Al final del Camino de Ronda hay otra cueva, la Gruta de la Natividad, una cavidad adornada con columnas y que acoge en el fondo la XIV estación de penitencia...
   ...el problema es que esta cerrado el acceso con una verja y normalmente no suele estar abierta al público. 
   Con esto llegamos por fin a la cima del acantilado, al "cuarto y último nivel de la tarta", y de nuevo nos encontramos con algunos parecidos razonable con Minas Tirith puesto que si en la ciudad de Tolkien la cima estaba ocupada por la Ciudadela donde reside el Rey, en Rocamadour la cima está coronada también por un edificio noble, un Castillo Palacio privado.
   Si bien en Minas Tirith podemos ver la Plaza del Manantial con una fuente y el Árbol Blanco, en el patio del Palacio de Rocamadour nos encontramos también con una plaza circular con césped recortado formando caminos que se unen en una fuente rodeada por árboles...¿casualidad?     Fotograma Esla
   Pero es que ademas si la Ciudadela de Tolkien acababa abruptamente en un espolón que se asoma al abismo, el Castillo de Rocamadour también cuenta con una espectacular pasarela que se asoma al acantilado...    Fotograma Esla         
   Casi me parece estar viendo a Denethor II envuelto en llamas corriendo por la pasarela para arrojarse al vacío...
   El castillo original fue construido en la Edad Media para defender el Santuario del ataques de los Orcos...o de cualquier invasor, pero lo cierto es que no cumplió muy bien su cometido dado que el pueblo ha sido saqueado varias veces a lo largo de su historia.
   Hoy en día lo que vemos es un palacio del siglo XIX que además no se puede visitar, sólo se puede comprar una entrada de unos 2€ para pasear por la muralla y el tejado del castillo y sin embargo lo recomiendo al 100% sólo por las vistas y fotos que pueden tomar desde aquí arriba...como por ejemplo del Pueblo y del Camino de la Cruz...
   ...de la plaza del Santuario...
  ...o el espectacular y serpenteante valle montañoso que formó el río Alzou  
   Sin duda la guinda perfecta para la tarta que es Rocamadour.
    Para despedirme os diré dos buenas noticias, la primera que hay una gran zona de aparcamiento al lado del Castillo y la segunda que existen ascensores que permiten subir/bajar desde el pueblo hasta la ciudad Santuario sin tener que "pasar la penitencia de la Gran Escalera".
   En fin, pocos lugares desprenden tanta magia como Rocamadour, quizás Tolkien se inspiró para su genial obrar en este poblado ¿quién sabe?, lo que es seguro es que si lo visitan nunca lo olvidarán.
   Y con esta reflexión me despido de "las casas sobre el arroyo, la iglesia sobre las casas, la roca sobre la iglesias y el castillo sobre las rocas"...
  Aur revoir¡¡