Rock en la acera

Por Majelola @majelola

Pintura: Vito Campanella


Durante años le veo entrar en la Calle Mayor, tirando del carrito donde transporta el teclado, la guitarra eléctrica y la armónica; ésa que luego sujeta delante de la boca con ayuda de un soporte metálico que descansa en sus hombros. 
Delgado, menudo, de cabello lacio y pajizo sujeto en una coleta raquítica; los ojos de un azul plomizo y mirada resuelta, el rostro jovial burlando los años. Chaleco vaquero en verano, chupa de cuero en invierno, pañuelo al cuello, tejanos siempre ajustando el botín al tobillo... y llenando la mañana ajetreada de homenajes a la historia del rock. 
Y yo haciendo cábalas sobre su vida y figura, que tan peculiar se me antoja. Le tengo por un lobo solitario —solitario y feliz con su arte, su música y su rock and roll. 
Hoy está con él una mujer, que no me parece la suya por el aspecto. Diríase que es una de esas mujeres cuya vida transcurre al abrigo de la casa y en torno a ella, todo lo contrario de él, que vive en la calle. La considero una acompañante anecdótica, hasta que el hombre orquesta la besa en los labios al término de una balada romántica, y acaricia con ternura al bebé de pocos meses que ella sostiene en los brazos.
Mariaje López
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