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Aunar pasiones
Qué difícil es poder aunar pasiones en el trabajo. Cuando tu vida profesional lleva unos derroteros, más o menos acordes a tus preferencias, es complicado conseguir juntarla a una gran pasión personal de la que difícilmente has conseguido que fuera tu modo de vida, porque no lo hiciste a tiempo, no te lo planteaste, o simplemente te daba miedo.
A ritmo de música nací, a ese ritmo crecí, hice el gamberro mientras pude, me enamoré y a ese mismo ritmo he seguido estudiando, pensando, trabajando y escribiendo.
Seguramente esos sonidos, ese ritmo vital, ese entorno, ha marcado en gran medida lo que soy, lo que pienso y lo que siento.
Cuando hace ahora un año una grave intervención quirúrgica amenazaba mi salud y mi movilidad decidí, por fin, dedicar el tiempo previo y el de la larga convalecencia a juntar mis dos grandes pasiones para que me ayudaran a superar la inactiva etapa de mi vida.
Y así fue. Preparé mi habitación con toda la música que pude almacenar, instalé en ella mi entorno de audición y recopilé libros y libros sobre música; sobre rock.
Saboreando cada instante, volviendo a escuchar a los grandes sin dejar a los buenos de hoy, construí una visión muy particular del gran legado de la cultura rock sobre la sociedad actual.
Pero no era suficiente.
Se ha escrito mucho y bueno sobre la historia de la música, de los grandes grupos, de las grandes historias. No era mi intención algo más, lo de siempre, y mucho menos quitar a los buenísimos musicólogos que hay en España su esencial aportación a la literatura musical.
Así que me decidí por revisar el rock desde la perspectiva analítica del marketing: su origen, sus influencias antes de llamarse rock. Por qué llegó y por qué se quedó. Su evolución natural hasta que el punk lo cambió todo, y todo lo que ocurrió después.
¿Marketing de 4 Pes y rock?
Luego las 4 Pes: el rock como producto (cómo nace, cómo identifica a su público objetivo, su mercado y cómo se comporta ante su competencia –plagios, duelos de bandas, saturación de oferta), el precio y el valor de la música (piratería, sponsoring), las estrategias de promoción (la payola, las marcas y el diseño) y la distribución (cómo afecta internet a la cadena de valor).
Y cómo no el rock también tiene su estrategia (vive rápido, muere joven y tendrás un bonito cadáver) y sus objetivos: la fama a toda costa.
Músicos, estilos, tribus urbanas… y por supuesto las leyendas negras basadas en el trinomio sexo, drogas y rock and roll, como elementos esenciales e identificadores de esa cultura generacional que amenazaba las estructuras sociales conservadoras..
Luego se analiza cómo se crea un grupo, sus fases, el liderazgo necesario, el planteamiento de objetivos,.,. al fi y al cabo es un trabajo en equipo. Y claro, las influencias del rock en el cine, la literatura y el fútbol.
Con esto y mucho más (anécdotas, momentos clave, las mejores letras y los mejores músicos) he conseguido disfrutar escribiendo una vez más.
Un gran trabajo, y muchas gracias
Y además creo que es un buen libro, al menos es un gran trabajo. Pocas veces lo he dicho de forma tan directa… ¡no os lo perdáis!
Gracias a Celestino Martínez (Comunico Luego Vendo) por dar su visión del libro desde el marketing. A Juan Vitoria (Ámsterdam Records) por darla desde un profesional del rock, y a Miguel Ángel Escrivá (Santero y Los Muchachos) por hacerlo desde la perspectiva de un rockero sin remedio y con actitud.
Rock Marketing. Para amantes del rock, para amantes del marketing.