Cuando pensamos en una banda de rock absolutmente fiable a la mayoría de nosotros se nos vienen AC/DC a la cabeza. Los australianos han hecho de su sonido, de ese hard rock tan característico, su seña de identidad. Esto tiene significados bien sencillos y fáciles de compreder incluso para los no iniciados, es decir, cuando AC/DC lanza nuevo álbum se espera, no por supuesto un "Highway To Hell" o un "Back In Black", artefactos insuperables, pero si un álbum entretenido, divertido y lleno de la energía característica de tan magna banda.
Esto es lo que normalmente sucede en condiciones normales, y es que aquel "Black Ice" que AC/DC publicaban en 2008 tenía todo lo que se puede esperar de una banda de sus características, un excelente disco que además sirvió para embarcarles en una multitudinaria y apoteósica gira. Cuando anunciaban nuevo álbum para este año lo lógico sería esperar algo semejante, pero dos graves problemas han afectado seriamente la intregridad de la banda y puesto en tela de juicio su nombre y por ende el recién publicado álbum.
Por una parte Malcolm Young, una de las mejores guitarras rítmicas de la historia del rock, uno de los mejores constructores de riffs del hard rock, ha sufrido serios episodios de demencia senil y se ha visto obligado a abandonar la banda. Por otra parte el baterista Phil Rudd ha sido arrestado por posesión de estupefaccientes y ha sido acusado de planear la muerte de dos personas, aunque cuando estos hechos sucedieron Rudd se encontraba ya bastante alejado de su banda. Serios problemas que AC/DC no sufría desde la muerte de Bon Scott en 1980.
Con todos estos problemas AC/DC publica "Rock Or Bust", su dieciseisavo álbum de estudio, aunque si tenemos en cuenta que los créditos de los 11 nuevos temas se atribuyen a Angus y Malcolm Young y que a Phil Rudd le dió tiempo a participar en la grabación de los Warehouse Studios de Vancouver, los daños han quedado minimizados, siempre atribuyendo veracidad a las informaciones que la propia banda y las fuentes cercanas a ella han distribuido. Así que ya está aquí "Rock Or Bust", el nuevo álbum de AC/DC, una de las bandas inmortales que la historia del rock ha parido.
Como he mencionado Malcolm Young compuso supuestamente todos los temas junto a su hermano Angus, pero desgraciadamente su enfermedad no le dejó llegar a tiempo a la grabación del nuevo álbum, así que su aparentemente insustituible puesto de guitarra rítmica de AC/DC fue ocupado por su sobrino Stevie Young, un tipo de larga carrera en bandas como los Starfighters que ya había sustituido a Malcolm en la gira americana del "Blow Up Your Video" debido a los problemas de alcoholismo de su tío, algo que pasó prácticamente desapercibido gracias al enorme parecido físico entre ambos. Sinceramente, no soy capaz de apreciar su aportación al disco, y la verdad es que eso casi puede ser lo mejor que se diga de su interpretación.
El resto de la banda el habitual y conocido. Angus Young amo y señor de la guitarra solista, Brian Johnson en las voces, renacido y tremendo, continuación de su maravillosa interpretación en "Black Ice", una de las mejores de su carrera, Cliff Williams manteniendo el ritmo a bordo de su bajo, aportando en esta ocasión deliciosos toques funky cuando ha sido menester, y por supuesto Phil Rudd a la batería antes de delinquir, y como siempre perfecto desde su taburete. "Rock Or Bust" está producido por Brendan O'Brien, uno de esos tipos de currículim impresionante que no necesita presentación y que además ya se había encargado de producir el "Black Ice" de 2008. Su trabajo se me antoja de categoría, añadiendo ciertos toques de suciedad sonora que dotan, si cabe, de mayor energía al ákbum.
"Rock or Bust" abre el álbum al que da nombre, y es uno de esos cortes que demuestran que AC/DC es una de esas bandas que saben como dar inicio a un álbum. Después llega "Play Ball", corte que podría ser uno de los nuevos himnos pensados para un futuro directo de la banda y tal vez para algún acontecimiento deportivo con un magnífico Angus añadiendo acento sureño a sus licks de guitarra en uno de los mejores de "Rock Or Bust" y antes de "Rock the Blues Away", un corte que se antoja sin duda como uno de los más pegadizos que AC/DC ha compuesto desde el memorable "You Shook Me All Night Long" del mítico "Back In Black".
"Miss Adventure" ofrece una sorprendente guitarra serpenteante que recuerda a la del "Train Kept A-Rollin'" y que le dota de un delicioso aroma clásico del blues rock para que después "Dogs of War" aborde uno de los males de la humanidad desde la demoledora perspectiva rítmica de una banda como AC/DC y "Got Some Rock & Roll Thunder" deje al descubierto la vieja y adictiva fórmula, una fórmula que por supuesto no falla, como es el caso de "Hard Times", fiel representación de la rutina de la clase trabajdora hecha fuerza, manejando con maestría esos riffs tan característicos guiados por uno de los mejores metrónomos que se puede encontrar, el combo de ritmo de AC/DC.
"Baptism by Fire" deja un estupendo riff de clásico aroma al "Beating Around The Bush" del "Highway To Hell", "Rock the House" es uno de los mejores temas del álbum, uno de esos cortes que dan buena muestra de la capacidad de una banda como AC/DC para manejar a su antojo el blues, o de un género como el blues para manejar a una banda como AC/DC como ya sucediese en el magnífico "Anything Goes" del "Black Ice" de 2008, "Sweet Candy" es un medio tiempo rockero perfectamente razonable y "Emission Control" cierra el álbum dejando uno de sus mejores riffs, empapado por supuesto de ese sucio aroma bluesy que tan bien le sienta a los australianos.
Inependientemente de lo acontecido con Malcolm Young y Phil Rudd el nuevo álbum de AC/DC sólo tiene una pega, y es su escasa durción. "Rock Or Bust" no es tan monumental como lo fue "Black Ice", pero a cambio deja detalles de una banda que se acerca a su versión más clásica tal vez en el momento que menos se esperaba. AC/DC tiene la fórmula de la verdad en el rock, la inmensa virtud de hacer discos sin buscar hacer el mejor disco, la sapiencia necesaria para explotar sus bienes sin llegar a aburrir, y en "Rock Or Bust" han vuelto a dar en el clavo. Malcolm escribió y Phil tocó, así que veremos si la próxima, si es que hay próxima, ya sin ellos, nos saca de la duda de que nadie es imprescindible en AC/DC salvo la magnitud de su sonido de leyenda. Y por favor, rindamos respeto a unos tíos que nunca fallan.
Entrada previamente publicada en el ZEPPELIN ROCK SABBATH de @FRAILAS