Por Peter Bebergal
“Era como un museo del horror”, recuerda Lake, en su visita a la casa del artista. “Pero el propio Giger es muy dulce, amable, gentil y de voz suave”. La banda fue llevada al comedor, donde las sillas y la mesa estaban talladas con motivos de cráneos negros: “Todo era negro. Sillas negras, mesa negra, cráneos negros”. Giger les mostró algunos dibujos que pensó iban a funcionar bien con la música, con trabajo de metal y el logotipo de ELP añadido. Lake insiste que si uno mira con cuidado, hay un pene en la garganta de la figura en “rayos-x”.
Es la combinación de la música y de la cubierta la que Lake explica que es como un cóctel: “Usted puede poner ciertos elementos en un vaso y no pasa nada. Si pones un elemento extra, todo el asunto se hace efervescente”. Esta es la alquimia de rock and roll, donde las canciones, las letras, el arte, e incluso el logotipo de la banda pueden convertirse en toda una experiencia que puedes tener en la mano cuando tomas un álbum.
A la izquierda, una reimpresión de Season of the Witch: How the Occult Saved Rock and Roll de Peter Bebergal con permiso de Tarcher/Penguin, Random House, Peter Bebergal, 2014 Disponible en Amazon.
Al igual que la música concreta y el espíritu del futuro de la música que esperaba ayudar a dar forma, escuchar rock se convirtió en una experiencia profundamente subjetiva. A veces se creía que los músicos en sí eran sólo los recipientes que a menudo no sabían que se estaban utilizando para telegrafiar los diseños del más allá. El fan en la apertura arte de Roger Dean no aceptaría que el artista sólo estaba grabando en las grandes narrativas esculpidas por sus clientes. Si Dean no tenía la intención de transmitir ningún enigma espiritual, entonces tal vez las bandas tampoco lo hicieron. Pero esto sería miope y obtuso. La única conclusión lógica era que eran simplemente conductos, sin saber que estaban siendo manipulados por los dioses. La fórmula correcta de la construcción mítica del mundo, el uso extensivo de sintetizadores Moogs, y las ilustraciones de Roger Dean podrían enviar una banda a la estratosfera.