Con el protagonista de nuestra historia de hoy nos hemos topado ojeando la prensa de estos días. Su nombre es Rocky y es un rottweiler inglés. Alguna vez hemos hablado de la polémica que suscitan las razas potencialmente peligrosas y, en este caso, efectivamente, este perro ha resultado ser de lo más “violento”, para bien de su dueña.
La historia la coprotagoniza Kasha, una joven embarazada de apenas 24 años que sufrió el asalto de un grupo de 4 indeseables mientras dormía junto a su pareja en su casa en Gravesend, al sudeste de Inglaterra. Una mañana, la pareja se despertó sobresaltada cuando un grupo de jóvenes irrumpió de manera violenta en su casa con el ánimo de robar. Rocky, que habitualmente dormía cerca de la pareja, se encontraba en el baño de la casa ya que llevaba un tiempo nervioso y, para no molestar a los vecinos, estaba encerrado allí. La pareja de Kasha fue la que se llevó la peor parte ya que fue golpeado en repetidas ocasiones por los asaltantes mientras nuestra protagonista no podía hacer nada y tenía un cuchillo en su cuello.
Pero es en este momento cuando aparece Rocky. En vista de lo que estaba sucediendo y de los gritos y golpes que no paraban de producirse, el rottweiler rompió la puerta del baño y salió corriendo a por los asaltantes. Éstos, en vista de lo que se les venía encima, huyeron de la casa despavoridos. Uno de ellos fue alcanzado por Rocky y acabó pasando una buena temporada entre rejas. De los demás asaltantes no se supo, pero lo importante es que tanto Kasha como su hijo se encuentran actualmente en perfectas condiciones. Lo que no sabemos es lo que podría haber pasado de no haber estado el rottweiler en casa. Una muestra más del vínculo tan fuerte que se crea entre un animal y las personas. Nuestro amigo no dudó ni un instante en hacer lo que fuera necesario para proteger a sus dueños. Y por suerte, hoy todos pueden contar esta historia, aunque un escalofrío les siga recorriendo la espalda cada vez que lo hacen.
Como curiosidad os diremos que Rocky es adoptado…