“La Reina [Isabel II de Inglaterra] y yo tenemos una cosa en común, el mismo peinado durante 45 años”, si escuchaste ayer en directo el último RADIO ROCK 'N' ROLL [no te estreses, si no pudiste hacerlo aquí tienes el enlace del correspondiente podcast: http://www.ivoox.com/radio-rock-n-roll-211-audios-mp3_rf_1730220_1.html] seguramente te suceda como a mí, que sonrías cada vez que recuerdes esas palabras de Mr. Rod Stewart. ¡Crack total y absoluto!, o genio y figura hasta la sepultura, como gustes. Sí, tienes su autobiografía en las librerías, pero ya que estamos... Y no, lee tranquil@ porque no pienso cobrarte 3.000 euros por este post como haría Amy Martin, perdón, Carlos Mulas, el director de la fundación Ideas.
Hace un par de años leí en un reportaje firmado por un autor "no fantasma" que lo suyo con la música, y me refiero otra vez a Rederick David Stewart, no fue amor a primera vista, si me permites la expresión. En un principio su pasión era el deporte, concretamente el fútbol. De hecho fue portero y no debió de ser muy malo puesto que coqueteó con algún club profesional —el Brentford FC, para más señas—. Quien tuvo, retuvo, y en la actualidad este aficionado confeso del Celtic de Glasgow cuenta con un campo de fútbol en su mansión. Hay que ver lo bien que se lo montan algunos…
Después llegaron tres más, a saber The Hoochie Coochie Men, Steampacket (teloneros de The Rolling Stones y The Walker Brothers durante el verano del 65) y Shotgun Express, hasta que en 1967 se subió a su primer gran tren al convertirse en el vocalista de The Jeff Beck Group, a petición del mítico guitarrista de The Yardbirds. A su lado Rod conoció por primera vez el sabor del éxito, con superventas y giras en Reino Unido y Estados Unidos, y a Ron Wood, bajista del grupo con el que en 1969 emprendió un nuevo proyecto, The Faces. La banda surgió a partir de la unión de la doble “R” con buena parte de la formación de The Small Faces y se caracterizó por su Rock de inspiración stoniana y sus directos agresivos.
Y aunque en principio pareció que su creciente popularidad no supondría ningún peligro para la banda, pues A nod Is a Good as a Wink… to a Blind Horse, su tercer trabajo de estudio, subió como la espuma en las las listas con el single Stay With Me, finalmente pasó factura. Tras nuevos éxitos a nivel individual, siendo el principal Never a Dull Moment (1972), la tensión entre Rod y sus compañeros fue en aumento hasta que a finales de 1975 abandonó The Faces. Y no fue el único cambio que experimentó aquel año. En su último disco hasta entonces, hizo gala de unos aires más pop, Atlantic Crossing, por cierto, “Travesía Atlántica”, un título más que explícito, y es que el cantante solicitó la ciudadanía estadounidense debido a desavenencias con la Hacienda británica.
Los Angeles fue el lugar elegido para grabar en 1976 A Night on the Town, con el que continuó la pauta pop marcada por su antecesor y obtuvo su primer Platino con canciones entre las que destacó la melódica Tonight’s the Night. Su progresión parecía no tener fin y dos años más tarde apareció en el mercado Blondes Have More Fun, con detalles disco que hicieron las delicias del público de finales de los setenta. Sus más de cuatro millones de unidades vendidas reportaron al álbum el honor de convertirse en su primer número uno desde el 71, gracias en gran medida a la movida Da Ya Think I’m Sexy?
La reunión con su antiguo compañero Ron Woods, con motivo de un MTV Unplugged en 1993, fue de lo más destacado a lo largo de su trayectoria en los 90, eso sí, con permiso del concierto que ofreció en Río de Janeiro en 1994, el récord de espectadores con ¡tres millones y medio!, tal vez porque no se volcó en la elaboración de nuevo material tanto como en épocas anteriores. Esto mismo se agudizó tras el cambio de siglo, cuando entre sus mayores éxitos se multiplicaron las versiones de otros artistas, como las contenidas en The Great American Songbook de 2002 o Still the Same: Great Rock Classics of Our Time de 2006. Sin embargo, donde muchos vieron en ese sentido conformismo, pereza… en una palabra, defectos, otros vieron más aciertos, y si no recordemos las palabras de Chuck Berry, historia del Rock ‘n’ Roll, cuando pidieron su opinión acerca de la versión que Rod Stewart había realizado de Sweet Little Rock & Roller: “¿Es un tipo blanco? ¡Me estáis tomando el pelo!”. Amén.