La versión digital de la revista NME, reseña que el británico confesó que solía tomar dosis de cocaína vía anal: “Comprábamos cápsulas de antigripales, separábamos las mitades y reemplazábamos su contenido con una pizca de cocaína. Luego nos tomábamos la cápsula analmente, vía por la que el cuerpo humano disuelve fácilmente las cosas y las absorbe al sistema”.
El libro además desmiente el mito urbano de que alguna vez ingirió tanto semen que tuvo que hacerse un lavado estomacal. Stewart revela que su representante para la época, Tony Toon, inventó la historia después de ser despedido.
Stewart aclara que Toon "ofreció a la prensa una historia en la que, como consecuencia de una velada con un grupo de marineros en un bar gay en San Diego tuve que ir a la emergencia de un hospital para hacerme un lavado de estómago (...) Nunca he complacido oralmente ni siquiera a un solo marinero”.