Al ex ministro de Economía del Partido Popular en la época de Jose María Aznar, y propietario de una de las famosas tarjetas "black" de Caja Madrid y Bankia, Rodrigo Rato, ha debido tener una revelación celestial o ha recibido la visita de algún espíritu del pasado para querer hacer borrón y cuenta nueva de su pasado, ponerse el arito dorado en la cabeza y pasar de ser un villano a una hermanita de la caridad.
El que fuera director gerente del Fondo Monetario Internacional del 2004 al 2007 y, a partir de este último año, presidente de Bankia, finalizó un curso de formación para voluntarios en el Proyecto Integral San Vicente de Paul, en Madrid. Tras unirse a un grupo de 14 personas, Rato ha recibido durante dos tardes la formación adecuada y destinada a aquellos que quieren dedicar parte de su tiempo a actividades sociales. Aunque él comenta, con carita de niño bueno, que esta nueva vida "no es noticia, es un tema personal". Esta información no nos dejaría boquiabiertos y ojipláticos si no fuera porque sabemos quién es el buen muchacho de Rodrigo Rato.
Uno de los puntos de este Proyecto Integral de San Vicente de Paul es: "Fomentar la solidaridad y la participación social a través del VOLUNTARIADO".Las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paul tienen, además, entre sus objetivos creer "en la persona, en sus valores, en su capacidad de cambio e integración social".
Rodrigo Rato lo va a tener muy complicado para poner ganarse las alas, como lo hizo Michael Landon en "Autopista hacia el cielo", haciendo el bien y ayudando a los demás a ir por el buen camino. Hace mucho tiempo que este personaje perdió la brújula. El único sendero que le queda es caminar durante 6 o 10 años, ya que sigue imputado por el "caso Bankia", por los pasillos y patios de la cárcel que le toque o elija para cumplir su condena. Que Dios nos pille confesados.