Fuen al año siguiente, en el 84, cuando editó este tema que, si bien sigue bastante las pautas del predecesor, intentando repetir éxito, es cierto que tiene la melodía es menos potente y más mediterránea, sin por ello quitarle un ápice de valor para el baile ochentero.
La portada, la verdad, es un poco cutre, pero lo importante aquí era el contenido y aquí no había problema.
Ritmos sintéticos programados "a cañón" para que no parásemos de bailar.
No sé en el resto del mundo, siendo un tema que me gusta y que me trae recuerdos de otras épocas, reconozco que no produjo el mismo impacto que su anterior disco.
No obstante, es un tema que cuando lo escucho, me sigue resultando agradable de escuchar.
Prometía mucho Rofo, y se quedó para mí en estos dos trabajos.
Algún tema más, todos en single o maxi, y después se acabó todo.
Bueno, un miembro sigue haciendo espectáculos.
Italo, en estado puro.