“Rogues in the house”: Fantástico español en el Cine Doré. Un ciclo de la Filmoteca española.

Publicado el 09 junio 2011 por Esbilla

Como ya previene el título la entrada está dedicada a la publicidad de un ciclo en tres entregas, entre Mayo, Junio y Julio que la Filmoteca española dedica en el Doré al cine fantástico español. Con Carlos Aguilar ejerciendo de comisario de la muestra el despliegue de títulos es, por fuerza, ecléctico, heterodoxo y desprejuiciado. Abarcando desde Segundo de Chomón hasta antes de ayer, abierto al experimentalismo, la comedia, el melodrama, el fantaterror setentero o las variante psiológicas, pop o lo que se quiera. El asunto estriba en que un servidor tiene el gusto de prestar unas brevísimas reseñas a un puñado de títulos en cada uno de los catálogos. Reseñas recopiladas ahora aquí y catálogos que podréis ver en .los enlaces justo debajo:

Programación del Cine Doré

Programa Mayo

Programa Junio

Mayo:PrograDore89.pdf

El hotel eléctrico:

Experimento y poesía, imaginación y mecánica mano a mano en un ejercicio de alquimia fecunda que todavía hoy asombra. El cine presentado como deslumbramiento e imposible, sin desdeñar la ironía juguetona que da sentido lúdico (y mágico) con el cual transcender su naturaleza de alarde técnico.

El destino se disculpa: José Luis Sáez de Heredia, 1944 :

Mezclando sátira amable, costumbrismo y fantasía se constituye uno de los trabajos más apreciables de su autor, con base el cuento El fantasma, obra de Wenceslao Fernández Flórez, adaptado favorito de la época. Pese a su resolución conformista y moralizante permanece como uno de los títulos más singulares de la reivindicable década de los 40 y su temática del destino (aquí un funcionario) la emparenta con su espléndida, aunque divergente, coetánea La vida en un hilo (Edgar Neville, 1945)

¡Dame un poco de amooor…!: José María Forqué, 1968

Artefacto pop a imagen y semejanza de los títulos de Lester para The Beatles emprendido por José María Forqué (con ayuda de M-Tecnofantasy de Francisco Macián) de acuerdo a su blindada honradez profesional. Supedita su sintaxis/gramática a la del tebeo y participa tanto de la moderna psicodélica como de la clásica astracanada, parodiando los seriales de Fu-Manchú y remitiéndose al humorismo del cine mudo o incluso al de la escuela checa.

Junio:PrograDore90.pdf

La otra vida del capitán Contreras: Rafael Gil, 1954

Desventuras de un veterano coracero de los Tercios resucitado en el Madrid de mediados de los 50 para ser explotado como atracción por un periodista sin escrúpulos, nada menos que el perpetuamente canallesco Fernando Sancho. Adaptación de un original de Torcuato Luca de Tena escrito al alimón por este y el temible Vicente Escrivá y dirigido con la solidez, elegancia e incluso atmósfera, acostumbrada en aquellos años por Rafael Gil. Lamentablemente el tono de comedia con coartada fantástica del primer tercio da paso a un altisonante melodramatismo ya totalmente asumido en su final, con ínfulas de romanticismo de ultratumba y todo. Curiosa y tampoco despreciable, con el placer añadido de ver a Fernando Fernán-Gómez componer un personaje formidable en cualquiera de los tonos .

Un vampiro para dos: Pedro Lazaga, 1965

Híbrido de comedieta desarrollista y parodia fantaterrorífica, de calibre grueso e ideología más bien cejijunta, que vendría a ser un encuentro entre los típicos vehículos para/con Gracita Morales y José Luis López Vázquez y los antañones (faltones) de Abbott y Costello. Presenta una peculiar visión del fenómeno de la emigración vía Alemania y Fernando Fernán Gómez se presta a al broma con una creación vampírica que resulta lo más divertido del conjunto.

La noche de Walpurgis: León Klimovsky, 1970

Regreso estelar del mítico Waldemar Daninsky, hombre-lobo atormentado en perenne búsqueda de una cura y aislado por la incomprensión y el oscurantismo. Enfrentado ahora contra una sofisticada vampiresa al ralentí, espléndida Patty Sephard, resucitada por dos desprevenidas estudiantes llevadas por sus investigaciones al castillo del anti-héroe. Lástima que la pobreza presupuestaria y el escaso interés puesto por Klimovsky impidan que cuaje el verdadero amor por el género de esta relectura personal de la mitología icónica dela Universal. Góticoibérico destartalado e intermitentemente divertido, entre ruinas “becquerianas” y hombres lobo con chupa de cuero prieta.

Julio:

Acción mutante: Álex de la Iglesia, 1992

Inicio de la “edad gamberra” del cine español en una combinación de sátira, ciencia-ficción desastrada y espíritu de tebeo, todo ello tan enérgico como disperso. Más que competente en todas las facetas técnicas termina por preferir la brocha gorda, con lo cual gran parte de sus posibilidades corrosivas se disuelven en si mismas.

La madre muerta: Juanma Bajo Ulloa, 1993

Simultáneamente cénit y ocaso del talento de Juanma Bajo Ulloa. Un cuento macabro de niña perdida y lobo malo en un contexto urbano, tétrico y degradado. Pleno de fuerza plástica y vigor narrativo, violencia feroz y ternura desarmante. Pese a errores en la gradación de los elementos su vibración poética permanece incólume. Soberbiamente interpretada además, en especial por un descomunal Karra Elejalde.

Dagon. La secta del mar: Stuart Gordon, 2001

Uno de los frutos más dignos de aquel entrañable invento fuera de tiempo que fuela Fantastic Factoryy que supuso el regreso (o así) de Stuart Gordon al horror preternatural del H.P. Lovecraft. Con un Innsmouth camudado en pueblecito siniestro de la costa gallega, la venerable intervención de Paco Rabal, la rara fascinación de Macarena Gómez reflejando a la genial Barbara Steele y algún acierto en los diseños, el conjunto se revela un tebeo de cierta dignidad desusadamente “b”.

El segundo nombre: Paco Plaza, 2002

Abierto tanto al drama íntimo y a las posibilidades paranoicas un thriller psicológico de cierta solidez, que esquiva la truculencia en favor de un pudor admirable en los momentos de mayor intensidad. Pese a obvias carencias y bajones producto principalmente de un guión mal construido está, en cambio, puesto en escena con convencimiento y no merece caer en el olvido.