Destacaba por sus problemas de vocalización y no parar de dárselas de gracioso cuando tiene la gracia en el culo.
A sus conciertos va todo el mundo, incluso varias veces. Tanto que rompen la barrera espacio tiempo y acuden en el mismo concierto.
Aveces los asistentes al concierto se sextuplican. O eso o solo actúa en convenciones de gemelos.
Como cantante es un Manel Navarro de toda la vida y como humorista, una Belén Esteban. Entró enchufado en OT y cuando salió se estrelló de mala manera contra la realidad.
Biografía
Vivia y crecía sin hacer mucho caso a la policía hasta que un Sapoconcho radiactivo le mordió.
Le dio poderes, pero ninguno relacionado con la música o para hacer gracia.
Acabó en orquestas como la Orquesta Olympus.
Entró en OT en 2017 y su participación musicalmente fue muy irrelevante. No era el peor, ya que en esa edición estaba Ana Guerra.
Por alguna razón fue elegido como uno de los miembros del jurado español de el Festival de la Canción de Eurovisión 2018.
Carrera
Publicó su primer single (Por una vez más) que hizo un patético 31 y cayó al 44 en poco tiempo por el efecto fan y las firmas de discos. Cuando pasó eso, desapareció de las listas. De su segundo single (Plumas) no hay ni rastro en las listas.
Foto real sin Photoshop
A sus conciertos no iba nadie. En vez de asumirlo, subía fotos con Photoshop simulando lleno. Tuvo tan poca gente que tuvo que copiar hasta 6 veces el mismo grupo de personas para rellenar. Cuando le pillaron le echó la culpa al hombre manco cuando es evidente que fue él mismo.En 2019 publica Mi lógico desorden. Un EP con relleno acústico y remixes para simular un álbum completo. Entró en el 2 pero a los 2 meses estaba casi en el 100. Un flop más merecido imposible.
Pensaba que intentando ir de graciosete y cantando de culo iba a vender masivamente y vender en listas.
Después de eso quedó para bufón de la tele, porque su discográfica o lo echó o pronto lo hará
Acabará como colaborador de medio pelo en la tele y cuando se le acabe el rollo en un Gran Hermano vip o Supervivientes. Eso si no acaba en el parque de El Retiro bajándose por unas monedillas.