Un plato por excelencia de la cocina China, todavía recuerdo cuando los vimos por primera vez y los mirábamos con suspicacia. ¡De la China! ¿de qué estará hecho esto? Y los más atrevidos los pedían retrepados en sus sillas lacadas en negro, en aquellos primeros restaurantes chinos que llegaron a Granada, con cara de "enteraos", y luego se los comían poniendo un gesto raro y sobre todo cuando les echaban por encima la salsa agridulce ¿esto es para ponérselo encima? y se la ponían, algunos los enterraban literalmente y otros echaban un poquitín, no fuera aquello a ser responsable de tirar el rollito entero... y como con el paso del tiempo nos hemos ido acostumbrando a la presencia y sabor de ellos, habrá algunos que pensaran ¡ah! ¿es que el rollito no es español? Es broma.
Aquí os traigo la receta por si queréis hacerla en casa, son fáciles de hacer y hoy día podemos encontrar fácilmente la pasta que los envuelve, que es a fin de cuentas pasta filo. El Corte Inglés los tiene ylos establecimientos orientales, y si no, podéis fabricarlos vosotros mismos cortando la pasta filo y dándoles el tamaño necesario.
Ingredientes:
- Obleas para rollitos de primavera.- Col.- Carne picada mezcla cerdo y ternera al 50%- Zanahorias.- Puerros.- Ajos (no demasiado).- Sal.- Aceite de oliva.-Salsa agridulce.
Elaboración:
No os he dado cantidades para que hagáis vosotros los que queráis,si hacéis más podéis congelarlos para otra ocasiones. Luego, si os parece bien, podéis poner más de una verdura que de otra o poner más carne.
En tres cucharadas soperas de aceite pochamos los ajos picados y después que se hayan dorado un poco, echamos la carne y esperamos a que cambie de color.
A continuación añadimos, los puerros cortados pequeños, la col en juliana y las zanahorias cortadas en bastoncitos. Sazonamos.
Cinco minutos después retiramos del fuego y dejamos que se temple.
Separamos con cuidado las obleas y las vamos rellenando, las envolvemos como os explico en las fotografías, a fin de que queden perfectamente cerrados y repartida la pasta por igual.
Las freímos en abundante aceite (prefiero el aceite de oliva), caliente pero no arrebatado, doramos de un lado y luego del otro, dejamos sobre papel de cocina y después servimos con su exquisita salsa agridulce.