Rolls-Royce, el "creador de la marca": el honorable Charles Stewart Rolls que fue un piloto de carreras pionero, aeronauta y aviador, y un ingeniero serio e innovador por derecho propio
"El honorable Charles Stewart Rolls vivió una vida breve pero llena de acontecimientos que personificó el espíritu aventurero de la época. Aristocrático, urbano y aparentemente intrépido, también fue un ingeniero altamente capacitado que exploró la vanguardia de dos nuevas tecnologías, el automovilismo y la aviación, que ya estaban cambiando el mundo. Es fácil olvidar que él y Royce trabajaron juntos durante solo seis años antes de su muerte en 1910, con solo 32 años, lo que hace que sus logros e influencia sean aún más notables. Dada la extraordinaria y duradera magnitud de todo lo que lograron en ese corto tiempo, su legado nos sigue inspirando, al tiempo que nos preguntamos qué podría haber sido".Andrew Ball, Director de Relaciones Corporativas y Patrimonio, Rolls-Royce Motor Cars
El Honorable Charles Stewart Rolls nació el 27 de agosto de 1877, el tercer hijo de Lord y Lady Llangattock. Aunque su lugar de nacimiento estaba registrado como 35 Hill Street, cerca de Berkeley Square en Londres, su corazón siempre estuvo en la casa ancestral de la familia, The Hendre, en Monmouthshire, en la frontera entre Gales e Inglaterra.
Fue allí donde se manifestaron por primera vez su aptitud y entusiasmo por la ingeniería. A los nueve años instaló un timbre eléctrico entre su dormitorio y los establos; unos años más tarde, planificó y supervisó la instalación de la electricidad en la casa principal. En una demostración temprana de los poderes de persuasión que le serían tan útiles en su carrera posterior, convenció a Lord Llangattock para que pagara por ello.
Rolls estudió Mecánica y Ciencias Aplicadas en el Trinity College de Cambridge, donde sus constantes retoques con coches europeos importados le valieron el poco favorecedor (pero probablemente acertado) apodo de "Dirty Rolls" (Rolls el sucio) de sus compañeros de carrera. Tras obtener su título, rápidamente se hizo un nombre como piloto de carreras, terminando cuarto en su primera carrera, la París-Boulogne de 1899. Cuatro años más tarde, compitió en la fatídica carrera París-Madrid, en la que perecieron 34 pilotos y espectadores. Ese mismo año, estableció un récord de velocidad terrestre no oficial de casi 83 mph en su Mors de 80 HP.
El otro gran amor de la vida de Rolls fue la aviación. Fue miembro fundador del Royal Aero Club, inicialmente como aeronauta, y realizó más de 170 vuelos. Describió su primer viaje en un dirigible a motor en 1907 como "algo por lo que valía la pena vivir; fue la conquista del aire". En 1910, se convirtió en el primer piloto de la historia en volar a través del Canal de la Mancha y regresar sin escalas, lo que le valió un mensaje personal de felicitación del rey Jorge V y un homenaje de un periódico como "el mayor héroe del día".
Pero Rolls decidió ganarse la vida con el mundo del motor. En enero de 1902 abrió uno de los primeros concesionarios de automóviles de Gran Bretaña, CS Rolls & Co., en Fulham, al oeste de Londres, donde importaba y vendía automóviles franceses Panhard y Mors, así como vehículos Minerva fabricados en Bélgica. Los automóviles se vendían bien, pero a Rolls le preocupaba que ningún automóvil de producción nacional satisficiera las necesidades de sus clientes ni sus propios estándares como ingeniero de formación y entusiasta de toda la vida.
Entre el amplio círculo social de Rolls se encontraba Henry Edmunds, a quien había conocido a través del Automobile Club of Great Britain & Ireland (posteriormente Royal Automobile Club). Edmunds era accionista de Royce Limited y había quedado enormemente impresionado por el primer coche Royce 10 HP de la empresa, diseñado y construido por Henry Royce, que había conducido en una prueba de 1.600 kilómetros.
Fue uno de esos momentos de serendipia que, visto en retrospectiva, parece inevitable: Edmunds se dio cuenta de que el Royce 10 HP era precisamente el coche británico de alta calidad que Rolls estaba buscando. Tal era su entusiasmo que Rolls solicitó una reunión con Royce, que Edmunds organizó debidamente el 4 de mayo de 1904 en el Midland Hotel de Manchester. Al regresar a Londres, Rolls le contó entusiasmado a su socio comercial (y futuro director general de Rolls-Royce), Claude Johnson, que había encontrado al "mejor ingeniero de motores del mundo" y que vendería todos los coches que Royce pudiera fabricar.
Rolls era el hombre adecuado, en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Un ingeniero experto y entusiasta que entendía profundamente los automóviles, también era un hombre de negocios astuto, con amplias conexiones en la política, la industria, los medios de comunicación e incluso la realeza. Su mente rápida comprendió de inmediato la importancia del marketing y las relaciones públicas en la promoción de Rolls-Royce y sus automóviles. Famosamente, demostró el refinamiento del Silver Ghost al equilibrar un vaso de agua rebosante sobre el radiador, con el motor en marcha, disfrutando plenamente de la reacción de su público cuando no se derramó ni una gota.
En 1910, Rolls-Royce ya se había consolidado como el principal fabricante de automóviles de lujo del mundo. La empresa había superado sus instalaciones originales y su fábrica de Derby había abierto en julio de 1908. Su modelo estrella, el "Silver Ghost" de 40/50 CV, tenía una gran demanda tras sus impresionantes actuaciones en una serie de agotadoras pruebas de larga distancia. Fue un período de extraordinaria innovación, expansión y éxito comercial que rara vez se repetiría hasta el amanecer de la era Goodwood en 2003.
Todo cambió el 12 de julio de 1910. Menos de dos meses después de su triunfante doble travesía del Canal, Rolls estaba participando en una competición de vuelo en Bournemouth cuando se le desprendió el estabilizador de cola de su Wright Flyer. El avión se precipitó al suelo, estrellándose en una maraña de largueros y lonas. Rolls fue declarado muerto en el lugar de los hechos. Fue la duodécima persona en la historia que murió en un accidente aéreo y el primer británico que perdió la vida en un avión a motor. Tenía tan solo 32 años.
El honorable Charles Stewart Rolls combinaba una excelente mente técnica con un espíritu audaz y aventurero. No es de extrañar que la aviación y el automovilismo ejercieran sobre él una atracción tan poderosa, casi mágica, y fue un verdadero pionero en ambos campos. El hecho de que haya logrado tanto en tan poco tiempo de vida es extraordinario e inspirador; de hecho, es tentador preguntarse, con pesar, cuánto más podría haber logrado.
Tenía una capacidad innata para ver cosas que pocos otros podían ver, y su carácter visionario quedó perfectamente resumido en un artículo que escribió para The Motor-Car Journal en 1900: "El coche eléctrico es totalmente silencioso y limpio. No hay olor ni vibración, y debería resultar muy útil cuando se puedan instalar estaciones de carga fijas. Pero por ahora, no anticipo que sean muy útiles, al menos durante muchos años". De hecho, tardarían 120 años, pero esta afirmación resultó profética con el lanzamiento de Spectre, el primer automóvil Rolls-Royce totalmente eléctrico.
Su legado está asegurado. Su audacia, imaginación y deseo de pensar siempre en grande, ir más allá e intentar lo que nunca se había hecho antes siguen siendo fuerzas poderosas que animan el corazón de la empresa que hoy lleva su nombre. Más de un siglo después, su imaginación y coraje perduran en la sede de Rolls-Royce en Goodwood, West Sussex.
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