Roma: Día 2 Foro, Palatino, Iglesias del Celio y Coliseo
Habíamos leído sobre las bondades del desayuno que ofrece este bed&breakfast y tenemos que decir que todas son verdad. No te quedas con hambre, es muy generoso, y tampoco se convierte en monótono porque la variedad es amplia. El trato de los propietarios es cercano y muy amable.
"Cargadas la pilas" comenzamos el paseo en dirección al Foro. El plan que hemos trazado ha sido el de acudir allí, comprar la entrada combinada y evitar las colas que se forman después. Además nos ahorramos la cola de compra del ticket del Coliseo, 12 €, El plan nos sale perfecto. No hacemos cola en los foros y a estas horas todavía no hay la masificación que se irá agolpando en esta zona a medida que la mañana avanza.
No tiene ningún sentido que expliquemos en que consiste este conjunto porque lo hacen las mil guías y documentales que existen, sólo decir que si te gusta la historia te sientes en una nube, es un privilegio recorrer esos espacios que todos hemos oído o nos ha tocado estudiar. Es un lujo pensar que grandes capítulos del imperio romano sucedieron aquí.
Recorrido el foro, subimos sin salir, al Palatino. En su mayoría se trata de las ruinas aprovechadas y transformadas en jardines.
Siendo la hora de comer y viendo el plan de horarios de apertura que tienen la mayoría de iglesias en vez de ir a visitar el Coliseo nos dirigimos hacia la iglesia de San Clemente. En el camino hacia San Clemente, en la calle San Giovanni esquina con vía Celimontana, nos encontramos con el restaurante Luzzi. Absolutamente recomendable por calidad y precio. El café en el bar que hay en frente y el postre, un helado, unos metros más hacia arriba de la vía Celimontana.
Con todo esto llegamos la hora de apertura en bastantes monumentos 15:30. Seguimos por la vía de la heladería hasta llegar a Santo Stefano Rotondo. Es una iglesia bastante atípica porque es circular y una de sus curiosidades es que que fue construida a imitación del Santo Sepulcro de Jerusalén. La otra obra impactante son los frescos que se encuentra en las paredes y que muestran las diferentes torturas a las que fueron sometidos diferentes mártires. Muy gráfico.
Después Santi Quattro Coronati. Nos encontramos que están en misa y simplemente nos dejamos sorprender por la riqueza de su decoración y el gran trabajo de ta tarazona realizado en el suelo.
Por fin llegamos a San Clemente. Cuando dicen que es una visita obligada no lo dicen por decir. Se trata de una basilica construida sobre una anterior paleocristiana que a su vez se construyó sobre un par de viviendas romanas. La entrada a la actual basílica es gratuita, pero para ver los niveles inferiores hay que pagar 5 €. Merece la pena y si venís no excuséis la visita. No permiten hacer fotografías.
El Coliseo no tiene parangón, es lo de siempre: uno lee muchas cosas y se hace una idea, pero cuando estás aquí... Las sensaciones son indescriptibles. En cuanto al tema de entrar no tiene ninguna pega, una vez que compras el ticket combinado te evitas las colas y existe una cola especifica que te ahorra bastante tiempo de espera para comprar el ticket.
Desde aquí nos dirigimos hacia la iglesia de San Cosme y San Damián, donde estuviera la primera Curia romana.
Seguimos hacia la Plaza Venecia que preside el monumento a Vittorio Enmanuele.
Desde aquí subimos a la iglesia de Santa María in Aracoeli, cuando entramos lo primero que nos sale es un Guau! Cuando en realidad queríamos decir: ost...a! Es lo que tiene estar en una iglesia. No salen los tacos.
Iniciamos nuestra vuelta al hogar, pero ahora toca pensar donde cenar. Elegimos el restaurante y ponemos rumbo: forchetta D'oro. Está en la Vía San Martino ai Monti, 40. Próxima a la iglesia de Santa Prassede. Esta bien. Buena calidad-precio.