Roma tiende a diminutivos en nombres como en hechos. El primer emperador fue Augusto, el último fue Augusto; con los Papas, el Senado romano se redujo a una mera oficina, sostenida por un hombre y no respetada por nadie; el ascenso al Capitolio, el camino de triunfos que marcó la subyugación del mundo, se convirtió en el siglo XII en 'Fabatosta' o 'Roast Beans Lane'; y, en la lengua vulgar, 'Capitolium' fue vulgarizado a 'Campitelli', y la palabra dio un nombre a una Región de la ciudad. Dentro de esa región se incluyen el Capitolio, el Foro, el Coliseo y el Palatino, con los palacios de los Cesares.