Roman j. israel esq.

Publicado el 04 mayo 2018 por Gerardo Pérez Sánchez @gerardo_perez_s
El actor Denzel Washington es un intérprete todoterreno que ha logrado triunfar con solvencia en diversos géneros cinematográficos. Su capacidad de encandilar a la cámara y de mejorar cada plano con su presencia se ha puesto de manifiesto en numerosos títulos. Ganador de dos Oscars (“Día de entrenamiento” y “Tiempos de gloria”), ha desarrollado sus mejores trabajos en “Grita libertad”, “Malcolm X”, “Huracán Carter”, “American Gangster” o “Fences” (donde también asumió la labor de dirección). Versátil, eficaz y contundente, su participación en cualquier largometraje es garantía de una interpretación creíble y de la construcción de un personaje sólido. Su última nominación al premio de la Academia de Hollywood responde a su participación en “Roman J. Israel, Esq.”, cinta dirigida por Dan Gilroy, quien se dio a conocer con la extraña, original y desconcertante “Nightcrawler”, si bien su carrera más extensa la centre en su faceta de guionista. La película constituye la recreación de la vida de un abogado, a modo de auge y caída (o caída y auge, según se mire) y se asienta sobre una gran actuación y una ambientación muy precisa. Su principal mérito, además de la intervención del propio Washington, estriba en algunas secuencias con diálogos mordaces y una filmación acertada. Sin embargo, el conjunto está presidido por un tono monótono que, por desgracia, provoca cierto aburrimiento. Sus más de dos horas de duración resultan excesivamente largas, al tiempo que las escenas brillantes son demasiado breves. Podría compararse con un guiso cuyas materias primas son de primera calidad pero que han sido elaboradas con un inadecuado sistema de cocción. El plato final, pese a ser comestible, dista mucho de poder ser calificado de manjar. Un letrado idealista y poco convencional trabaja en un modesto despacho, pero su vida da un giro radical con el fallecimiento de su maestro y mentor. Al cambiar de clientes y de estilo profesional se dará cuenta de que existen otros modos de ejercer la abogacía, poniendo así a prueba aquel activismo que siempre defendió ante los tribunales e introduciéndose en unas esferas peligrosas e incontrolables. La cinta engancha en un principio, ya que augura unos personajes interesantes, una trama atractiva y cierta dosis de suspense. Sin embargo, a medida que avanza el metraje, evoluciona a medio gas y deja al espectador con buena parte de sus expectativas frustradas. La combinación entre drama y thriller no termina de convencer, el ritmo narrativo se torna confuso y el pretendido clímax nunca llega a aparecer. Es muy probable que el proyecto contara en su concepción con notables posibilidades y loables intenciones que quedaron por el camino, dando paso tan solo a una realización en exceso sobria y a un guion errático. Otro ejemplo de cómo una magnífica idea inicial queda desdibujada durante su desarrollo y se pierde finalmente en un desenlace huérfano de lógica y distante de su perspectiva de origen. El esfuerzo de Denzel Washington se manifiesta de modo patente y su entrega es más que meritoria, hasta el punto de enfrentarse a un papel que será recordado muy por encima de la película. Lástima que los aplausos que sin duda merece queden ensombrecidos por culpa de esa sensación de decepción generalizada. Le acompañan en el elenco el actor Colin Farrell, atrapado por sus lineales y previsibles personajes protagonistas, pero que tiende a brillar cuando se le relega a un segundo plano y se le deja experimentar con registros más alejados de lo habitual, Carmen Ejogo (“Selma”, “Alien: Covenant”) y Amanda Warren (vista recientemente en la galardonada y aclamada “Tres anuncios en las afueras”).
Trailer en castellano

Trailer en versión original

Datos del film:
Título original: Roman J. Israel, Esq.
Año: 2017
Duración: 129 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Dan Gilroy
Guion: Dan Gilroy
Música: James Newton Howard
Fotografía: Robert Elswit
Reparto: Denzel Washington, Colin Farrell, Carmen Ejogo