Aqui pondré mi descanso eterno y sacudiré el yugo de las estrellas infinitas quitándolo de esta carne harta del mundo. ¡Ojos mirad por última vez! ¡Brazos dad vuestro último abrazo! ¡Y vosotros, labios, puertas del aliento, sellad con legítimo beso una concesión sin término a la muerte rapaz! Buenas noches, buenas noches, la despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca Dadme a mi Romeo, y cuando muera lleváoslo y divididlo en pequeñas estrellas. El rostro del cielo se tornará tan bello que el mundo entero se enamorará de la noche y dejará de adorar al estridente sol. Estómago odioso, vientre de muerte, saciado del manjar más querido de la tierra, así te obligo a abrir tus mandíbulas podridas y, en venganza, te fuerzo a tragar más alimento. Nunca hubo historia de más desconsuelo que la que vivieron Julieta y Romeo
Aqui pondré mi descanso eterno y sacudiré el yugo de las estrellas infinitas quitándolo de esta carne harta del mundo. ¡Ojos mirad por última vez! ¡Brazos dad vuestro último abrazo! ¡Y vosotros, labios, puertas del aliento, sellad con legítimo beso una concesión sin término a la muerte rapaz! Buenas noches, buenas noches, la despedida es tan dulce pena que diré buenas noches hasta que amanezca Dadme a mi Romeo, y cuando muera lleváoslo y divididlo en pequeñas estrellas. El rostro del cielo se tornará tan bello que el mundo entero se enamorará de la noche y dejará de adorar al estridente sol. Estómago odioso, vientre de muerte, saciado del manjar más querido de la tierra, así te obligo a abrir tus mandíbulas podridas y, en venganza, te fuerzo a tragar más alimento. Nunca hubo historia de más desconsuelo que la que vivieron Julieta y Romeo