05/10/2012 9:12:59
Tras el debate del miércoles entre Mitt Romney y Barack Obama, ¿se habría atrevido el mítico productor de TV Don Hewitt (fallecido en 2009) a repetir sus palabras, esas que había dicho luego del primer debate presidencial televisado de EE.UU., que había enfrentado a John Kennedy y Richard Nixon en 1960?
Una encuesta de CNN/ORC realizada inmediatamente tras el debate mostró que un 67% de los votantes consultados pensaba que Romney había ganado, mientras un 25% le daba la victoria a Obama.
Según Mark Mardell, editor de la BBC para EE.UU., a Obama «se lo veía como si hubiera preferido estar celebrando su aniversario de bodas con su mujer», en vez de pasar 90 minutos debatiendo.
«Estoy seguro que unos pocos estrategas del Partido Demócrata estarían en casa insultando a la TV como simpatizantes de fútbol enojados por un gol errado», agregó.
Por su parte, el Washington Post celebró a un Romney «extremadamente bien preparado», al que vio «como alguien más que listo para hacer el trabajo al que aspira».
El Huffington Post fue demoledor: «Romney dominó el debate presidencial sobre un apático Obama». El presidente fue acusado de extenderse por demás, de parecer poco preparado y de evitar la interacción.
El New York Times consideró que «por estilo, los puntos se los llevó Romney». Mardell concuerda con el diario: «En teatro, en la batalla de la imagen y la confianza, Mitt Romney fue el claro ganador. Miraba a Obama a los ojos al interrumpirlo animadamente, pasando por alto al moderador».
Pero más allá de las muestras de mayor ánimo, actitud de pelea, de búsqueda de interacción exhibidos por Romney, el consenso es que se trató de un debate cargado de datos, de detalles, referencias, pero falto de pasión, de viveza y potencia; por demás académico. De hecho, el New York Times consideró que «ningún candidato dio un golpe demoledor».
Algunos observadores creen que el del equipo de Obama fue un plan intencional de mantener al presidente con un perfil bajo, alejado de la retórica, sin frases explosivas.
Aunque esto puede tener sentido, para Mardell «Obama se lo tomó demasiado a pecho, permitiendo que su oponente brillara, mientras él aparecía lejano y desinteresado».
Por otra parte, tras el debate, mientras el equipo de Romney se pasó 90 minutos respondiendo preguntas de los medios y promoviendo a su candidato, el de Obama partió mucho antes.
¿Otorga todo esto una ventaja clara para el republicano? «No está claro», le dijo a la agencia Reuters Steven Schier, profesor de ciencias políticas del Carleton College de Minnesota. «Romney debería tener cierto impulso; la pregunta es si será capaz de conservarlo».
Mardell también aporta cautela: «Si después de una aclamada victoria (en el debate) los sondeos de opinión varían poco, significaría que está en una posición grave».
Ambos candidatos están próximos en las encuestas, pero Obama tiene ventaja en la mayoría de los estados péndulo.
Según el sitio de apuestas en línea Intrade, luego del debate las chances del republicano de ganar las elecciones treparon 8,4 puntos porcentuales, a 34,3%. A la hora de publicar esta nota habían caído a 33,3%. Y todavía quedan dos debates.
Tras el original encuentro entre Nixon y Kennedy en 1960 hubo otros tres más. Pero según el productor de TV Don Hewitt, Kennedy ya había ganado. ¿Qué sucederá en 2012?
(Fuente: BBC Mundo)