Ayer por la noche finalizó una de las novelas más importantes del mercado de pases brasileño. A las 23 horas aproximadamente, en el hotel Windsor de la ciudad de Río de Janeiro, Ronaldinho Gaúcho estampó su firma en el contrato que lo ligará al Flamengo por 4 años. Así, el crack regresa a la liga que lo vio nacer, allí por el año 1998, en Gremio de Porto Alegre.
Todo empezó cuando comenzó a perder continuidad y a sentirse incomodo en el Milan, club que lo había contratado a mediados de 2008 y al que “Dinho” había aceptado ir para ganar el protagonismo necesario y ser convocado por su selección para el Mundial de Sudáfrica. Sin embargo, no fue citado por Dunga para esa competición e inmediatamente fijó su objetivo de estar en el próximo Campeonato del Mundo a realizarse, nada más y nada menos, que en su país.
Una vez expresado el deseo de retornar a su tierra natal, distintas ofertas comenzaron a aparecer en el abanico de posibilidades. Allí estaba el Gremio, el Palmeiras, el Flamengo y el Corinthians. El primero lo tentaba porque era el club del cual salió, el segundo tenía el condimento de volver a ser dirigido por Luis Felipe Scolari; del tercero lo tentaba mucho la posibilidad de vivir en Río y jugar en el equipo más grande de Brasil, y del Timao la chance de reencontrarse con viejos amigos como Ronaldo y Roberto Carlos.
Las cartas estaban echadas, pero había un obstáculo a vencer: el Milan. El club italiano tenía el contrato vigente por el jugador hasta junio de 2011 y, si bien “Ronnie” no jugaba, pertenecía al club y debía retenerlo para cumplir con lo acordado. La única salida viable era que alguno de los clubes se haga cargo de esos 6 meses de contrato y arregle una importante suma de dinero (aproximadamente 8 millones de euros) con Berlusconi y compañía.
La liberación definitiva del Milan ocurrió el jueves de la semana pasada, cuando el club tano aceptó la idea del volante de “jugar fuera de Italia”. De esta manera, el representante de Ronaldinho, Roberto de Assis y su cliente podían escuchar libremente las ofertas que llegasen.
A partir de ese día, ambos personajes se llamaron a silencio y corrieron infinidad de rumores. Si bien equipos como el Blackburn Rovers o el PSG intentaron tentarlo, la decisión era clara: volver a Brasil para llegar al 2014.
En Porto Alegre lo esperaban con los brazos más que abiertos, pero la plata y el poder de negociación de la dirigencia del Flamengo fueron más fuertes y lograron convencer a Assis, al jugador y a los agentes italianos.
La noticia fue como un balde de agua fría para los gremialistas. El vicepresidente del Milan, Adriano Galliani, anunciaba el sábado que Ronaldinho era un “99.9 por ciento” del Flamengo. El “idolo” los había traicionado, había preferido el dinero por sobre el amor a
“Gremista de verdade vem com a gente na busca do Tri” anunciaba un cartel en las calles de Porto Alegre luego de que se diera a conocer el destino final del crack. El afiche hacía referencia a que Gremio era el único de los tres equipos oferentes que estaba clasificado para la Copa Libertadores en 2011.
Finalmente, ayer por la noche, el vicepresidente del Milán acercó los papeles y Dinho puso la firma. El jugador de 30 años que conmovió a todo Brasil en 2002, el que hizo delirar tantas veces a todo Barcelona, será parte de uno de los equipos más importantes de Sudamérica a partir de mañana.
Ninguno duda de sus capacidades como futbolista, quedará en él demostrarlo dentro del campo de juego. Mientras tanto, en Flamengo están encantados con la nueva contratación, y así lo expresan en su página oficial: “O melhor no maior do mundo” (el mejor, en el más grande del mundo)