Pudo más la experiencia que la juventud. Santos y Flamengo protagonizaron un encuentro inolvidable y aunque Neymar dio muestras de su enorme talento marcando dos goles fantásticos, la gran figura de la contienda fue Ronaldinho, quien anotó tres y posibilitó la apoteótica remontada de su equipo.
Los espectadores que colmaron las instalaciones del estadio Vila Delmiro fueron testigos de un autentico espectáculo. Un duelo de ida y vuelta, en el que primero el joven crack del Santos y posteriormente el otrora mejor futbolista del mundo se exhibieron, liderando a sus equipos y dejando detalles para el recuerdo.
Transcurridos los veinticinco minutos iniciales, el Santos ya ganaba 3-0. Borges anotó los dos primeros y Neymar fue el autor intelectual y material del tercero, trazando una diagonal magnifica, jugando la pared con el propio Borges y esquivando rivales hasta quedar mano a mano con el arquero Rafael, a quien se le picó sutilmente.
Ronaldinho y Thiago Neves descontaron posteriormente para el Flamengo, equipo que alcanzó la igualdad minutos antes del cierre de la primera parte por intermedio de Deivid, luego de que Elano fallase un penal por intentar picársela al arquero.
Iniciado el complemento apareció nuevamente Neymar, anotando otro gol maravilloso y colocando nuevamente por delante en el marcador a su equipo, al que posteriormente dejaría con las manos vacías Ronaldinho.
Quien brillara en el Barça y en la selección brasileña se erigió en protagonista casi exclusivo del encuentro e hizo gala de la clase que aun atesora, marcando de tiro libre para establecer el empate y culminando con maestría una contra muy bien manejada por Deivid y Thiago Neves para decretar el 5-4 definitivo.
Ronaldinho y Neymar, pasado y presente del fútbol brasileño y protagonistas del show, se abrazaron y cambiaron camisetas concluido el juego. El público los ovacionó. Para ellos y para nosotros, la noche del 27 de julio de 2011 será difícil de olvidar.