Si existe alguien que pueda ser considerado un especialista en la ceremonia que recompensa a los mejores futbolistas del planeta cada año, ese es Ronaldo Nazário de Lima. Así pues, nadie mejor que este astro, elegido Jugador Mundial de la FIFA en 1996, 1997 y 2002, para inaugurar nuestra serie de entrevistas sobre la Gala del Balón de Oro de la FIFA 2012, en la que se coronará a los mejores de 2012 en el mundo del fútbol el 7 de enero de 2013, en el Kongresshaus de Zúrich.
—Usted, como jugador, ¿se paraba a veces a pensar en estos premios individuales cuando llegaba esta época del año, de votación para el Balón de Oro de la FIFA?
—Todo jugador sueña con tener este reconocimiento internacional como mejor futbolista del mundo. Como es lógico, cada año solo gana uno. Pero el jugador no piensa en ese momento. Lo piensa siempre. Es el trabajo de un año entero jugando bien, regularmente, marcando goles, siendo importante para el equipo, ganando títulos. Hay unos criterios completos para decidir quién es el Jugador Mundial del año.
—¿Qué implicó, en su vida, ganar aquel primer trofeo de Jugador Mundial de la FIFA, en 1996? ¿Los rivales pasaron a mostrar un respeto todavía mayor?
—Vaya, aquel primero fue muy especial. Fue lindo. Porque no lo esperaba, entonces fue maravilloso. El respeto de los adversarios es mayor, pero, al mismo tiempo, la responsabilidad y la presión para mantener ese nivel también aumentan. Es positivo por varios aspectos, y yo siempre digo que, para mí, cuanto mayor era la presión, mejor. Transformaba eso en energía y motivación y conseguía rendir más.
—De ser jugador del PSV y suplente de la selección olímpica, pasó de repente a convertirse en titular, fichar por el Barcelona y, al final del año, ser elegido mejor del mundo. ¿Aquel año de 1996 fue la época en la que más cosas cambiaron en su vida?
—Fue un año fantástico: empezar sin ser tenido en cuenta en la selección brasileña, como suplente, luego jugar en el PSV y ser protagonista, y después aquel fichaje por el Barcelona... Fue un año de muchas emociones. De decisiones importantes, también, porque para uno no resulta fácil cambiar de equipo y dar un paso así en su carrera. Pero me recibieron muy bien en el Barcelona, y conseguí seguir concentrado en lo importante, que era solo jugar al fútbol.
—Y subir al escenario por tercera vez, en 2002, ¿fue una manera de coronar aquella recuperación física tan increíble, que lo condujo al título de la Copa Mundial de la FIFA?
—Creo que la recompensa, ser elegido Jugador Mundial, fue magnífica, porque fue un trofeo más personal, de superación, una historia para mostrar a todo el mundo. Luché contra mi cuerpo durante un año y medio para recuperarme y como recompensa pude disputar el Mundial de 2002. Jugué bien, fui máximo goleador del torneo y fui nombrado Jugador Mundial. Fue una victoria más importante, incluso, que la primera, por las dificultades que encontré en ese camino.
—¿Había algún jugador con el que mantuviese algún tipo de rivalidad, debido a aquellos premios individuales? ¿Zidane, que también lo ganó tres veces?
—En mi generación, puedo decir que la competencia era mucho mayor que hoy, sin desmerecer en absoluto a Messi y a Cristiano Ronaldo, que son dos jugadores que van a estar ahí, peleando en los próximos años por ser el mejor del mundo. Pero en mi época estaban Zidane, Rivaldo, que ganó un año, Figo, yo, después Ronaldinho Gaúcho... Fue una generación en la que la pugna por ser el mejor era muy grande. En aquella época, quien ganase sería sin duda merecedor. Zidane y yo dominamos en aquellos años, siendo Jugadores Mundiales uno detrás del otro: él tres veces, yo tres. Nosotros vivimos unos años espectaculares, y los aficionados al fútbol lo aprovecharon para disfrutar mucho.
—Usted jugó con decenas de estrellas, muchas de las cuales ganaron este premio. ¿Hay algún jugador que no lo ganase y que, en su opinión, lo mereciese?
—Estos premios individuales son, de alguna forma, una manera de recompensar la regularidad de un deportista específico, pero el fútbol no es, en modo alguno, un deporte individual. Es un deporte colectivo, en el que el equipo es muy importante. Yo siempre quise compartir estos premios con todos mis compañeros de los equipos en los que jugaba. Y, sin duda, hay mucha injusticia en ese sentido, porque en un año hay varios jugadores que rinden regularmente a un buen nivel y merecen el premio. Por ejemplo, Paolo Maldini es un futbolista que siempre me causó muchos problemas dentro de la cancha. El mejor defensor con el que me topé en mi carrera. Es innegable que mereció varias veces este premio, pero a veces los criterios no son perfectos, porque es un defensa, y lo que le gusta a la gente es ver goles y grandes jugadas, y el defensa está ahí para destruir esas buenas jugadas. Pero Maldini siempre fue un futbolista de un talento enorme para la posición en la que jugaba.
—¿Es más difícil conseguir votos cuando se juega fuera de Europa, debido a la repercusión que tiene el fútbol de este continente?
—El fútbol, en general, ha sido muy equilibrado, pero no se va a cambiar la historia de que el fútbol europeo es el más competitivo, el más bonito. Es el parámetro para todo el mundo. Por lo tanto, es natural que el continente en el que están los mejores jugadores sea también el que elija al vencedor del premio al mejor del mundo.
—¿Y Neymar, en concreto, ya ha demostrado lo suficiente como para figurar al lado de los grandes nombres de la actualidad?
—Neymar es un gran talento brasileño. Una joya excepcional que tenemos. Hace un tiempo ya dije que hacía falta que viniese a jugar a Europa para comprobar todo ese talento y mostrárselo al mundo. Antes o temprano, eso va a suceder. Vendrá a jugar a Europa y podrá pelear por ser Jugador Mundial.
—Ahora mismo está viviendo algo parecido a lo que vivió usted en la selección: aún es muy joven, pero ya se ha convertido en la gran esperanza del equipo, y por lo tanto del país. ¿Cuál es el principal consejo que puede darle a ese respecto?
—No hay ningún misterio: yo siempre digo que se trata de estar concentrado en el fútbol. Y él es un muchacho muy centrado, muy disciplinado. Su objetivo siempre es jugar, hacer goles, ganar títulos. Entonces, no hay nada en especial que yo pueda decirle, distinto a lo que ya hace. Estoy convencido de que más tarde o más temprano irá a Europa y, ahí sí, va a demostrar una vez más al mundo que los brasileños seguimos exportando grandes talentos.
—Pensando en los premios de este año, si Ronaldo votase, ¿a quién elegiría como ganador del Balón de Oro de la FIFA? ¿Y por qué?
—Continúa siempre la lucha entre los dos: Messi y Cristiano Ronaldo, aun teniendo a Iniesta y Xavi como grandes protagonistas también, jugadores increíbles, pero que son más de mediocampo, lo que tal vez no despierte una pasión así en el público. Entonces, yo elegiría a Messi, porque, además de ser decisivo haciendo muchos goles y ganando títulos, consigue dar una magia especial y diferente al fútbol. Cristiano Ronaldo es un jugador muy práctico, muy técnico y habilidoso, pero Messi consigue además sorprender en muchas jugadas.
—¿Y quién es el mejor entrenador? ¿Por qué?
—Ah, el premio al mejor entrenador... Se lo daría a Mourinho. Conozco bien el mundo del fútbol, así que por la organización táctica, de planificación, de entrenamientos... Es un entrenador al que yo votaría, porque no es fácil manejar a 25 jugadores diariamente.
—Y en el premio a la Jugadora Mundial de la FIFA, ¿se atreve a apostar por alguien?
—Apostaría… Yo votaría por Marta (risas). Como brasileño que soy, votaría para que ganase su… ¿Cuántas veces ha sido elegida ya Jugadora Mundial? Cinco, ¿no? Yo votaría para que ganase también por sexta vez (risas).
—¿Y qué corazonada tiene sobre el FIFA/FIFPro World XI? ¿Quiénes serían sus once elegidos para cada posición?
—Yo pondría a Casillas, Daniel Alves, Sergio Ramos, John Terry y... de lateral izquierdo pondría... ¿Quién está de lateral izquierdo? ¿Roberto Carlos? (risas) Y Marcelo, del Real Madrid. En el mediocampo, Xavi, Iniesta y... [lo piensa durante 25 segundos] Lampard. Después, en ataque, Cristiano Ronaldo, Messi y... Neymar.
—Si el trofeo existiese en su época de jugador, ¿cree que podría haber ganado algún Premio Puskás de la FIFA? ¿Qué gol suyo lo merecería más?
—Ah, creo que aquel famoso gol con el Barcelona contra el Compostela [el 12 de octubre de 1996]. Creo que sería el ganador.
—¿Y en torneos de la FIFA?
—Tal vez el de la final de 2002 contra Alemania, el segundo gol.
(Fuente:FIFA.com)
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