Ronroneos a corta distancia

Por Gatadormida

“Estrategias…”

Hoy vamos a hablar de algo que nos interesa a todos: “las tácticas del ronroneo”.

Un gato ronronea cuando se encuentra a gusto, sobre todo cuando necesita mimos y se acurruca entre tus brazos como aquel que dice. Pero claro, solo cuando él desea aquello, sino es así, puedes correr todo lo que quieras detrás de él para ganarte su cariño, que solamente recibirás a cambio un bufido e incluso un arañazo. Y todos ronroneamos para conseguir aquello cuando conocemos a alguien que capta nuestro interés.

Los más tímidos ronronean bajito, propondrán algún café, alguna sonrisa, encuentros llenos de coincidencia que derivan en minutos interminables, hablando de todo y de nada, algún mensaje… Tácticas que ayudan un poco a ese acercamiento tan esperado. Y cuando consigues ganarte un poco mas de confianza es cuando propones una salida casual junto a amigos en común o los dos solos, pero sin que quede claro que aquello es una posible cita, eso ante todo, simplemente es para poneros al día o hablar fuera del trabajo, los estudios… etc. Aunque claro, luego están los que no quieren realizar ninguna de esas aproximaciones de forma lenta pero segura, lo quieren para ayer, sonríen, encuentran fuerzas y se lanzan a la pista de baile sin miedo a ser rechazados.

Todos hemos seguido esas tácticas, hay veces que dan resultado y al cabo de días, meses o años… Consiguen que esa persona que es objeto de sus deseos se convierta en su pareja. Otra cosa es que la historia funcione por una semana, un mes o con un poco de suerte… Bastantes años. También puede ocurrir que aquello no lleve a ninguna parte, puede que la persona en cuestión solo quiera un calentón, le intereses como “amigo”, o simplemente te encuentre indiferente. Eso si, luego queda lo que mas gracia me hace… “El miedoso”. Aquel que te encuentra irresistible pero por A o por Z no se atreve a dar ningún paso contigo, ni dejarse guiar por tu mano…

En cualquier caso. Todos tenemos nuestras propias tácticas, decisiones que vamos tomando al intentar aproximarnos a la otra persona y conocerla un poco mas a fondo. A veces funciona, otras no. Pero ya se sabe que quién no arriesga, no gana. Y sobre todo si no te tiras de cabeza a la piscina, nunca sabrás si hay agua o no. En otras palabras… Buena suerte.

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