Nuevamente en el hospital por unos días, desde la ventana hoy se veían nubes que se perseguían unas a otras como enloquecidas.
NUBES
Con la descripción de las nubes
debería darme mucha prisa,
después de una milésima de segundo
dejan de ser ésas y empiezan a ser otras.
Es propio de ellas
no repetirse nunca
en formas, matices, posturas y orden.
Sin la carga de ningún recuerdo
se elevan sin problemas sobre los hechos.
¡De qué van a ser testigos!,
en un segundo se disipan en todas direcciones.
En comparación con las nubes
la vida parece tener los pies sobre la tierra,
se diría que es inmutable y prácticamente eterna.
Frente a las nubes
hasta una piedra parece un hermano
en el que se puede confiar
y las nubes, nada, primas lejanas y frívolas.
Que exista la gente si quiere,
y después que se muera uno tras otro,
poco les importan a las nubes
todas esas cosas
tan curiosas.
Sobre toda Tu vida
y también la mía, aún incompleta,
desfilan pomposas igual que desfilaban.
No tienen la obligación de morir con nosotros.
No necesitan ser vistas para poder pasar.
Wistawa Szymborska
(Premio Nobel 1996)