“Tenía que contárselo a los adolescentes, mostrarles cómo el odio puede ser redimido por el amor y presentarles a esos dos personajes, a los que nunca olvidarán, ni tampoco algunas de sus palabras, que son fruto de ese creador espléndido que fue Shakespeare, mago de las palabras y de las ideas”.
Por
Carmen F. Etreros. Charlamos esta mañana de jueves de nuevo un poco invernal con
Rosa Navarro Durán que lleva varios años realizando una valiosa tarea: adaptar clásicos universales para los niños. Y en esta ocasión coincidiendo con el 400 Aniversario de la muerte de Shakespeare adapta otro clásico inmortal
Romeo y Julieta publicado recientemente por
Edebé.
P. ¿Cómo nace el proyecto de este ‘Romeo y Julieta’ para niños?R. Nace de la misma forma que todas mis adaptaciones: es fruto de mi admiración por el texto.
Romeo y Julieta es un auténtico tesoro, y todo tesoro tiene que compartirse. No puedo estar gozando de una creación literaria sin hacer partícipe a los demás; y los “demás” para mí en ese compartir tesoros siempre son los niños; porque los adultos pueden llegar a ellos por su intuición o por sus conocimientos.Esta idea me venía dando vueltas a la cabeza desde hace tiempo, y he tenido que esperar el momento adecuado para ofrecerla: el cuarto centenario de la muerte de Shakespeare.Es emocionante ver cómo las más bellas palabras están puestas en boca de Julieta, que toma sus decisiones trascendentales desde la más absoluta soledad. Romeo es el instrumento del destino, porque la mala suerte se ceba en él. La mezcla de pasión amorosa y de lucha inútil contra un destino adverso convierte la obra de Shakespeare en esa tragedia universal. Tenía yo que contárselo a los adolescentes, mostrarles cómo el odio puede ser redimido por el amor y presentarles a esos dos personajes, a los que nunca olvidarán, ni tampoco algunas de sus palabras, que son fruto de ese creador espléndido que fue Shakespeare, mago de las palabras y de las ideas.
P. El Quijote, El Cid, El Lazarillo… ¿por qué tienen los niños que leer los clásicos?R. Los clásicos son la herencia que nos han dejado nuestros mejores escritores y forman la base de nuestra cultura. Del mismo modo que hay que contemplar
Las meninas de Velázquez, hay que saber la historia de los personajes esenciales de la historia de nuestra literatura, y también hay que escuchar la música de Mozart, de Bach o de Falla, porque, en cuanto la oímos dos veces con atención, nos seduce: es el placer que nos da saborear lo mejor. ¡Los clásicos son nuestros mejores escritores! Pero hay que leerlos con gusto, divirtiéndose, para dejarles un lugar en la memoria; esa es la razón de mis adaptaciones: transmitir las mejores creaciones de nuestra historia literaria, pero ponerlas al alcance de los niños para que las entiendan, para que se diviertan leyéndolas.
“La mezcla de pasión amorosa y de lucha inútil contra un destino adverso convierte la obra de Shakespeare en esa tragedia universal”.
P. ¿Por qué tienen los niños que leer este clásico ‘Romeo y Julieta’?R. Para conocer su historia, que luego verán reflejada en muchas obras artísticas; para disfrutar de una creación literaria espléndida, para enriquecer su alma, para crecer por dentro. Pero todas mis palabras tienen una excesiva trascendencia, que no acaba de gustarme, ni tampoco me gusta la obligación del “tener que leer”. La hija pequeña de una amiga me dijo: “Yo sé quiénes son Romeo y Julieta: dos gnomos; él es azul, y ella roja. Sus familias se odian, pero ellos se quieren. Es una historia preciosa”. Algo en común tiene esa graciosa simplificación con lo que antes he dicho: el gozar de una historia intensísima de amor que vence al odio familiar que rodea a los protagonistas
.P. ¿Cómo valoras esta experiencia de ir adaptando los clásicos a los niños?R. Tengo que confesar que me siento muy feliz con mi labor de adaptadora; sé que gracias a mis adaptaciones muchos niños han leído lo que nunca hubieran leído; sé que el Quijote o el Lazarillo o Ulises o el Cid o Preciosa, la gitanilla, son personajes familiares ya a muchos, muchos niños, y que nunca los van a olvidar. ¡Esto no tiene precio porque están atesorando riqueza interior! Es un auténtico regalo para mí saberlo; me hace sentir que algo estoy haciendo por los demás, cosa que ha sido siempre mi preocupación: no vivir en vano, y eso solo se logra haciendo algo en beneficio de los demás.
P. El libro cuenta con las geniales ilustraciones de , ¿cómo habéis trabajado juntos?R. Iban es un ilustrador maravilloso, con una sensibilidad extraordinaria. Fue idea de él plasmar la historia como representación, y se documentó para crear el escenario adecuado, inspirado en el “Globe”, el teatro de Shakespeare. Me iba mandando las ilustraciones y yo no podía más que aplaudirlas una a una; poco a poco, en vez de estar a su altura, dándole las palabras, me fui convirtiendo en público y viendo la representación gracias a sus dibujos tan sutiles, tan elegantes, llenos de movimiento, de expresividad, de belleza.
P. ¿Cuáles son tus planes de futuro? ¿En qué proyecto estás embarcada?R. Tengo muchos proyectos; quiero seguir acercando a los más pequeños personajes literarios, camino que he empezado con
Quién esdon Quijote. Pero prefiero divulgar lo hecho en vez de anunciar lo que voy a hacer, porque los planes, los proyectos son esbozos interiores, y hay que mostrar solo la pintura definitiva, ¡no vaya luego a haber
pentimenti!
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Top Cultural