Rosas Blancas, by Igor.
La fiesta de Sant Jordi está plagada de símbolos: el mal, encarnado por el dragón, el bien representado por el guerrero “santo”, las rosas, que son un regalo. Esta mañana, en el balcón de casa, dudaba. ¿Corto las rosas blancas del rosal o no? Y mientras dudaba, pensaba. ¿El dragón es el mal exterior o el demonio que nos habita? ¿Y el regalo de la rosa y el libro no será una forma de exorcizarlo a través de la generosidad, dando al otro? En fin, ni idea. Lo que sí sé es debo regalar algo de vez en cuando. Y matar al dragón, adormecido en los largos pasillos de mis entrañas, que podrían ser un laberinto, y ahí Borges, embelesado con este otro símbolo, seguro que diría algo. Rosas blancas, rosas rojas, York, Lancaster. ¿No será el trono de Inglaterra un dragón? ¿Y no es su actual bandera blanca y roja, precisamente llamada la Cruz de San Jorge? ¡Ya me callo! ¡Vale!Felices rosas y dragones, que nos habitan, agazapados.
Las rosas que cuidé. By Igor.