Sra. Milagros: No diga estupideces Coretti.
Pensionistas: ¿Cómo es eso Coretti? Que las mujeres ….
Sr. Coretti: … se parecen a las gallinas. Mira en un gallinero hay tirado un pedazo de comida, nadie lo come. Basta que a una se le ocurra picotearlo y ya también todas las demás lo quieren. Las mujeres son lo mismo. Tienen delante de los ojos una cosa y ni la miran. Basta que a otra mujer se le ocurra echarle el ojo a esa cosa, ellas también lo codician.
Pensionistas: Tiene razón Coretti.
La dramática historia de Camilo Canegato (Juan Verdaguer) empezó el día que llegó una carta, con un enigmático olor a violetas, a la Pensión La Madrileña. Camilo se dedica al oficio de restaurar cuadros, los últimos doce años ha vivido en una pensió
Tras doce años en la pensión donde Camilo siempre se ha mostrado como el “tío soltero” de las hijas de la Sra. Milagros, ocurre algo extrañ
Matilde: Lo firma una tal Rosaura.
Sra. Milagros: Sr. Camilo Canegato. Ya ve usted. Cumplo mi promesa
Sra. Milagros: ¿Qué se yo?
Matilde: Aquí ya no le dice Señor, le dice Camilo a secas. Escuchen. Camilo se lo ruego, tenga cuidado y no confíe en el sueño de día. Quizá juzgue excesiva mis precauciones pero algún día lo sabrá todo. No crea eso no, que no me agrada oírlo. Al contrario amigo mío, al contrario, estaría horas escuchándolo. Usted tiene un medio que habría mantenido viva la sonrisa de la Gioconda.
Sra. Milagros: De modo que se entrevistan en la casa de ella.
Clotilde: Y ¿Por qué no pueden hablarse a gusto?
Enilde: Porque será casada y tendrán miedo del marido.
Sra. Milagros: Ayyyy válgame el cielo, lo único que faltaba, que Camilo se convirtiera en adúltero.
Enilde: No, mamá. Escuche. Usted me preguntó ayer, porque no me casé. No se, quizá sea porque tenía del matrimonio un
Enilde: A Camilo en adelante vamos a tener que llamarlo “mosca muerta”.
Sra. Milagros: ¿Pero qué clase de amores tiene? Llenos de vigilancias, amenazas y peligros, como de novela. Ayyyy 12 años que come y duerme en mi casa y no me ha dicho nada.
Enilde: Esa Rosaura debe ser una solterona.
Matilde: Y ¿Qué otra cosa quieres que sea?
Sra. Milagros: Pero ¿Por qué creen vosotras que es una solterona?
Matilde: Mamá, por Dios. Si se ha enamorado en esa forma de Camilo.
Sra. Milagros: Así … de modo que sólo una tía vieja puede enamorarse de Camilo.
Matilde: Una mujer moderna no escribe cartas de amor.
Clotilde: Ni perfumadas, ni ese color rosa insufrible.
Enilde: Ni esas frases cursis … aquí lo llama “amado mío” jajaja. Como una heroína de teatro.
Matilde: Y aquí “chiquillo adorado”.
Enilde: Y al final de este folletín, oigan lo que agrega “olvidaba decirte todo lo que te quiero” ji ji ji. Y sigue “vuelvo a abrir la carta para agregar un último beso”.
Ja ja ja ja ja (Carcajada de las tres hijas). Sra. Milagros: ¡Basta! A callar. Como sigan diciendo tonterías les voy a dar tantos moscones que ya van a ver.
A estas alturas mi ojo visor ha detectado que la Sra. Milagros está interesada en Camilo, pero no solamente ella, Matilde ta
Enilde: ¡Que hermosa es!
Sra. Milagros: Aquí tenés a la solterona. Una muchacha que es mucho más linda que cualquiera de vosotras.
Enilde: No es posible. Entonces, tendrá algún defecto.
Clotilde: Claro, será renga, sorda, que se yo.
Cuando Camilo llega de su trab
La Sra. Milagros le dice a Camilo que luche por ese amor. El flaco le responde que Rosaura es muy rica, no vale la pena luchar porque el padre no quiere para su hija un pobretón.
Una noche tocan el timbre de la pensión, es Rosaura (Susana Campos). Todos se alegran excepto Camilo. Ella se ha escapado de su casa para estar con su amado. Pasan los días y se organiza la boda, la felicidad parece que ha llegado para Camilo pero él sigue muy serio. La noche de bodas, mejor dicho la luna de miel, Rosaura muere.
¿Quién es el asesino (a)? Todo apunta a que Camilo Canegato es el culpable pero ….. en el interrogatorio de la policía: la Sra. Milagros cuenta todo lo que vio en esos doce años y Canegato es un pan de Dios, el pensionista Reguel en cambio dice que Canegato tenía pinta de pervertido lividinoso es lógico que la matara. En el caso del interrogatorio al mismísimo Canegato, él se declara inocente y cuenta una historia que hace temblar a cualquiera por lo imaginativa que es. La policía no sabe a quien creerle, mismo Rashomon, todos tienen versiones distintas. Como en Rashomon, la verdad siempre aparece pero es dolorosa e impensada.
Impresionante, dueña de un apasionante suspenso y con un final totalmente inesperado como en 9 reinas, “Rosaura a las diez” nos muestra que las personas no s
Recomendación: Si vieron “Las diabólicas”, recuerden esa frase con la que concluye la película, pues bien, hagan lo mismo para con esta película.
(Dirigido por Mario Soffici – Argentina 1958)