Rosca de Merluza

Por Rocastrillo @roabremeloya

 En los tiempos de mi abuela también se preocupaban por conseguir una esmerada presentaciòn de los platos...

     La receta con solera que he elegido de los cuadernos de mi abuela para preparar este fin de semana es una rosca de merluza. Un plato frío y muy apropiado para los cálidos días que se avecinan. No es difícil de hacer, aunque su preparación es larga y necesita una elevada dosis de paciencia. Está pensado para 10-12 comensales. Os lo recomiendo para una comida de domingo u otra ocasión especial en la que tengáis invitados. Yo lo hice anoche para obsequiar a  MIS AMIGAS  y triunfé. Además de la vista, que es espectacular, admiraron su sabor delicado y fresco. Llama la atención que las amas de casa de hace tantos años se preocuparan por ofrecer a los suyos unas recetas tan cuidadas desde el punto de vista estético.Tal como es mi costumbre desde que empecé con estas históricas recetas, copio literalmente el texto que mi abuela escribió en su cuaderno dedicado al pescadoRECETAS CON MUCHA SOLERA. Antes os muestro la fotografía que tomé de la preparación resultante. ¡Me encantaría que su vista os motivara a meteros en faena!


INGREDIENTES: Dos kilogramos de merluza (parte de la cola), 125 gramos de aceite, 125 gramos de cebolla, 6 cucharadas de pasta de tomate, aceite y harina para freír la merluza.

Para el adorno: 4 huevos cocidos, una lata pequeña de pimiento morrón, una ramita de perejil verde y picadito y medio litro de salsa mayonesa.

MODO DE HACERLO. Después de limpia, se parte la merluza a ruedas gruesas y se rocían de sal. Al cuarto de hora se secan con un paño, se pasan por harina y se van friendo un poco en aceite. Se ponen los 125 gramos de aceite al fuego, se pica en él la cebolla muy fina y en cuanto esté tiernecita se agrega el tomate dejándolo cocer a fuego lento. Cinco minutos antes de apartarlo se incorpora la merluza limpia de piel y espinas y muy desmenuzada. Mézclese todo bien y pruébese de sal. Retirado del fuego, pásese a una pasadera para que escurra bien el aceite. Una vez escurrida y fría se forma comouna rosca gruesa alrededor de la fuente donde se vaya a servir, redonda u ovalada según la forma de ésta. A tres dedos de distancia de la primera fórmese otra rosca más pequeña en el centro. Con la mitad del pimiento morrón hecho tiritas se forman cuadros sobre la rosca. Con los huevos duros, el pimiento restante y el perejil se hace un picadillo y de él se pone unb poquito en el centro de cada cuadro. Con el resto de picadillo fórmense dibujos a capricho de una rosca a otra, y los huecos de los dibujos se cubren de mayonesa. En el hueco del centro, también dibujos con el picadillo y mayonesa en los huecos. La mayonesa restante se vierte por el rededor de la fuente. Es un fiambre riquísimo y de bonita presentación. Este plato puede hacerse de otro pescado fino como pescadillas o acedías extra, y ni qué decir tengo que el tamaño de la fuente debe ser proporcionado a la cantidad de pescado. Las cantidades que doy son para diez o doce personas. (Para quienes no lo sepais, la acedía es un pescado típico de las costas del sur de España, con sabor parecido al del lenguado y aspecto similar, aunque mucho más pequeño).

    Hasta aquí la receta de mi abuela. Del texto me llaman la atención dos cosas: en primer lugar, el elevado número de comensales para el que está pensado el plato. Se nota que en aquellos tiempos las familias eran bastante más numerosas que ahora. En segundo lugar, la descripción tan detallada de la forma de adornarlo, indicativa de su preocupación por la vista final del plato. Queda claro, por tanto, que el cuidado en la presentación de las recetas no es patrimonio de la nueva cocina. Fijaros la importancia que le daba mi abuela hace ya casi un siglo.

     Me encantaría que alguno de vosotros/as se animara a elaborar la receta y compartiera su experiencia. Debo deciros que la mía resultó muy agradable. No podría decir exactamente cuánto tiempo tardé, pero si hablamos de dos horas en total no creo que me quede corta. Y, en honor a la verdad, ni me aburrí ni me resultó pesado. La cocina me relaja mucho y el reloj se para cuando me pongo el delantal y me meto en faena. Mucho más, si me rodeo de buena música y mejor compañía. Aprovecho para agradecer a mi amigas Olivia N., que hizo de DJ, la estupenda música con la que nos deleitó ayer.

    Os deseo un fin de semana feliz y fogoso y os emplazo aquí el lunes, con unnuevo relato erótico sobre las aventuras de Emi, Wynie, Olivia o Katty, las protagonistas de ABREMELOYA!!!

                                                                            RoCastrillo