Rosca de Reyes enroscada para recibir el 2016 con muchas ilusiones

Por Bouquetgarni
¡Hola! ¿Cómo están? ¿Cómo han pasado las fiestas? Espero que muy bien, acompañados de las personas que aman, disfrutando de la buena compañía (y de la buena mesa, claro está...). Pues, por aquí, hubo de todo un poco: muchas reuniones, mucha comida y mucho calor (con algunos cortes en el suministro eléctrico incluidos, como cada vez que hace mucho calor), además de gran cantidad de evacuados en la zona del litoral-Mesopotamia argentina como consecuencia de terribles inundaciones que produjo nuestro amigo "El Niño" (a quien ya conocen muy bien en el mundo entero porque ha venido afectado el clima de aquí y de allí durante todo el 2015 y, según indican los especialistas, también en parte de este año que recién inicia). De modo que muchos de nosotros disfrutamos de las reuniones familiares y de la  buena mesa, mientras otros la pasaron como pudieron y agradeciendo por estar vivos... 
Como lejos estoy de buscar deprimirlos con manchones de realidad porque este blog no pretende ser más que un humilde espacio de cocina y no una tribuna de oratoria (aunque, en ocasiones, las cosas que pasan en el mundo entero me sobrepasan y las siento como una patada en el estómago que me impulsa a alzar la voz...), aquí les traigo mi propuesta de Rosca de Reyes (basada en una receta de la cocinera argentina, Narda Lepes) para arrancar este 2016 y, al mismo tiempo, dar cierre oficial a la cocina de Navidad-fiestas de fin de año.

Se trata de una receta bastante sencilla, a la vez que muy vistosa (tanto que decidí dejarla a cara lavada, sin glasé ni chocolate, ni azúcar impalpable/glas, ni nada) y con un sabor tan delicado y exquisito que invita a seguir hincándole el diente. ¡Bah!... Que es una perdición hecha y derecha, y que uno se come hasta las migas porque no concibe que se queden allí, en el plato Jajaja ;)¿Me acompañan a prepararla? Aquí les dejo el listado de ingredientes.Lo primero es lo primero: En un bol mezclá 50 gramos de levadura fresca desmenuzada con 1 taza de leche tibia (temperatura como para darle la mamadera a un bebé), 100 gramos de harina 0000 y 1 cucharada de azúcar (puede ser integral o común). Dejá que la mezcla descanse por unos 10 minutos, tapada con papel film y ubicada en un lugar cálido, alejada de las corrientes de aire. Pasado ese tiempo, obtendrás algo parecido a lo de la foto de aquí abajo.

Mientras el fermento se forma, en un bol de buenas proporciones disponé 500 gramos de harina 0000 junto con 400 gramos de harina integral fina y una pizca de sal, previamente tamizadas. Formá un volcán en el centro y, allí, ubicá 4 huevos (pastoriles/orgánicos/ecológicos), 300 cc. de leche tibia, 1 cucharada de extracto de vainilla y 300 gramos de azúcar integral/mascabo (podés utilizar azúcar común; pero, en ese caso, la masa no tendrá ese hermoso color caramelo).

Cuando la espuma-fermento ya esté formada, volcala en el centro y comenzá a unir todos los ingredientes desde allí hacia afuera, tomando de a poco las harinas y mezclando muy bien.
Luego, añadí 200 gramos de manteca/mantequilla pomada y terminá de formar el bollo, ayudándote con un cornet/espátula de panadería. Para ello, es muy probable que necesites harina extra (la cantidad  dependerá del tamaño de los huevos que utilizaste, la astringencia de las harinas, la humedad del azúcar integral/mascabo, la humedad ambiente y la altitud del lugar en el que te encuentres). En mi caso, debí utilizar unos 300 gramos extra; en tu caso, puede que no requiera tanta harina, pero es importante que vayas incorporándola de a poco, si y solo si la masa lo pide. Deberá quedarte un bollo suave, muy maleable y nada pesado.

Dividí el bollo obtenido en 2 partes más o menos parejas (Es que no te comenté antes. ¡Qué cabeza la mía! Con estas cantidades podrás obtener 2 regias roscas para compartir y regalar) y dales forma de cilindro.
Luego, disponé cada uno de ellos sobre una placa para horno espolvoreada con harina y cubrilos con papel film. Dejalos en un lugar al abrigo del frío y de las corrientes de aire hasta que dupliquen su volumen.

Mientras tanto, prepará el relleno. Yo elegí la opción que aquí te muestro, pero podés hacerle los cambios que más te gusten.En un bol, mezclá un total de 250 gramos de frutos secos molidos y de fruta picada (en mi caso, nueces, almendras y castañas de cajú/anacardos molidos, y pasas rubias y cerezas escarchadas en trocitos, más un generoso puñado de chips de chocolate) junto con 150 gramos de azúcar negra/morena y 100 gramos de manteca pomada. Con esto prepará  una pasta que dejarás descansar hasta el momento de utilizarla a temperatura ambiente, fuera de la heladera/nevera/refrigerador.

Una vez que los cilindros de masa descansaron y duplicaron su tamaño (como el de la foto de aquí arriba), de a uno por vez, los disponés sobre mesa enharinada y los estirás con palote/rodillo hasta dejarlos de algunos milímetros de espesor. 
Luego, cortá los bordes (después te cuento qué podés hacer con los retazos de masa que te quedarán) para formar rectángulos parejos. Por encima, ayudándote con una espátula, distribuí la pasta de relleno que habías reservado.

Enrollá la masa cuidadosamente, ejerciendo una ligera presión para que quede bien atrapado el relleno y no se formen burbujas de aire, y cortá las puntas si es que quedaron desparejas.
Ahora, dale forma de rosca, uniendo ambos extremos del cilindro. No te preocupes por disimular la unión entre ambas partes porque, más adelante, nos ocuparemos de ese asunto.
Ubicá la rosca sobre una placa enmantecada, cubrila con papel film y llevala a la heladera/nevera/refrigerador por unos 30 minutos.
Repetí la operación con el otro cilindro de masa.

Una vez pasado ese tiempo, ayudándote con un cuchillo bien afilado, realizá cortes (empezando por el lugar donde se unen ambos extremos del arrollado de masa; por eso, no era necesario que te preocuparas por disimular la unión de ambas partes) cada 2 dedos de distancia el uno del otro, cortando desde arriba hacia abajo hasta tocar la placa, pero sin llegar al extremo interior del rollo (como puede verse en la siguiente fotografía). De este modo, los cortes quedarán unidos a la rosca por un cordón de masa.

Con cuidado, tomá cada porción de rosca cortada y girala ligeramente hacia arriba, dejando ver parte del relleno y montándola sobre la porción siguiente. De esta manera, al dar toda la vuelta, lograrás realizar la rosca, disimulando la unión de sus extremos ;)
Una vez terminado el trabajo con ambas roscas, dejalas descansar hasta que dupliquen su volumen. Entonces, pintalas cuidadosamente (evitando tocar el relleno) con la mezcla de 1 huevo y 1 cucharada de leche batidos.

Cociná en horno precalentado a 170° C durante 30-35 minutos o hasta que la masa tome un bonito color dorado.Una vez fuera del horno, dejá que enfríen antes de desmoldarlas porque la masa es muy tierna y frágil. Si lo deseás, podés decorarlas con glaseado de naranja, limón, lima, mandarina o vainilla, con hilos de chocolate negro o blanco, o con azúcar impalpable/glas... Sin embargo, como ya les dije antes, me parece tan atractiva así, a cara lavada, que no quise añadirle nada.

Algunas observaciones y recomendaciones finales: Si lo prefieren, pueden realizar la masa sólo con harina integral fina o con harina 0000. De igual modo, tanto para el endulzado de la rosca como para preparar el relleno pueden utilizar azúcar común.
Otras opciones de relleno pueden incluir pasta de chocolate y avellanas, fruta escarchada o abrillantada, sólo frutos secos molidos con manteca y azúcar, mermelada de frutos rojos, una crema pastelera de vainilla o de chocolate con mucho cuerpo y espesa... En fin, dejen volar la imaginación con sus sabores preferidos.
El propósito de hacer descansar la rosca en la heladera/nevera/refrigerador antes de realizarle los cortes es para que la masa (que contiene abundante cantidad de manteca/mantequilla) no pierda la forma y se desarme toda cuando la llevemos al horno.
Antes les dije que les indicaría qué podemos hacer con los recortes de masa que nos quedaron al armar las roscas (¡Porque nada se tira; todo se recicla!). Pues bien, los amasan un poquito para unirlos (no importa si algunos tienen relleno y otros no), forman un bollo o algunos bollitos, según prefieran, y los distribuyen en moldes pequeños de pan dulce/panettone (también pueden ser moldes de muffins o de pastelitos, respetando las cantidades porque la masa crecerá). Los dejan duplicar el volumen en un lugar cálido y los hornean a la misma temperatura que a las roscas. No les llevarán más de 30-35 minutos (incluso menos, dependiendo de su tamaño). Después, pueden comerlos, regalarlos o reciclarlos, preparando budín de pan o torrejas/torrijas con ellos ;)

Como pueden ver, con poca dedicación y no demasiado tiempo, les quedarán dos roscas muy vistosas, de exquisito sabor y con una masa muy suave, bien alveolada, con vetas de relleno que grita ¡Comeme ahora mismo! Jajaja :D
Les garantizo que con esta rosca atraerán a los Reyes Magos que visitarán encantados sus hogares si les dejan, además de algo de alimento y agua para los camellos, una generosa porción para que la coman en el camino.

No quiero despedirme de ustedes en esta primera publicación del año sin desearles lo mejor para este 2016 que todavía está en pañales: Espero que cada uno de ustedes sea capaz de descubrir y explorar sus potenciales, que encuentren planes, proyectos, propósitos y metas para perseguir y que con el corazón las abracen para construir, día a día, su futuro soñado. De corazón deseo que cada uno de nosotros seamos capaces de - con nuestro pequeño grano de arena y nuestro compromiso - construir sociedades más generosas, más abiertas al diálogo, la paz, la convivencia y el enriquecimiento a partir del respeto de nuestras diferencias y la unión de nuestras concordancias. Que los deseos de paz no queden como las frases de cliché de las concursantes a Miss Universo sino que trabajemos para que sea posible, no importa en qué lugar del mundo estemos o a qué nos dediquemos. Que la salud nos acompañe para disfrutar de nuestros afectos, nuestros seres queridos y amigos para seguir creciendo junto a ellos, descubriendo nuevas cosas y maravillándonos con ojos de niños. Que tengamos la capacidad de agradecer más por lo que tenemos, lo que somos capaces de generar, lo que nuestra fuerza nos permite hacer y menos quejosos por lo que nos falta, teniendo la grandeza de corazón de admitir cuántos están mucho peor que nosotros y brindándole la mano a todo aquel a quien podamos ayudar... En fin, quiero desearles un año pleno de amor, alegría, capacidad para afrontar los malos ratos y para disfrutar de las pequeñas dichas cotidianas, salud, trabajo y solidaridad.

Espero que mi propuesta de Rosca de Reyes les haya gustado lo suficiente como para tentarlos a prepararla. Verán que, si la hacen, quedarán muy satisfechos porque es muy-muy sabrosa y delicada.A partir de la semana próxima volvemos a las habituales publicaciones del día jueves. ¡Los espero! Mientras tanto, disfruten de la vida junto a sus seres queridos, pásenla muy bien y no dejen de experimentar en la cocina ;)
Textos y fotografías: ©Bouquet Garni Recetas
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