Hoy no os traigo fotos cuidadas y artística, si no experiencias vividas en estas vacaciones, con gente sencilla y entrañable en un pueblo de castilla muy pequeñito, pero encantador y lleno de magia y misterio llamado valdeande.
Como cada año en Agosto las valdeandinas más veteranas se reunen en el parque del pueblo para realizar las famosas rosquillas, las cuales se venden a un precio módico con el fin de recaudar dinero para la asociación de dicho pueblo, ellas tienen esa receta desde hace muchos años y las que quieran colaborar pues se va y a las ordenes de nuestras veteranas, amasar y a freír todas con la manos en la masa, y allí me fui yo y pasé una tarde muy, muy calurosa porque comenzamos a las 16:00 y acabamos cerca de las 20:00, y entre risas, chistes verde, jotas y alguna que otra cervecita para aguantar el calor se hicieron las rosquillas, un saco de 50 kilos de harina, ya podéis imaginar...........
Un gran grupo humano sabiendo trabajar en equipo,y con una sonrisa en los labios, esa es la auténtica magia de la receta de las rosquillas de la Asociación Cultural El Moral de Valdeande.
400 gramos de harina,
1 huevo,
1 cucharadita de levadura en polvo,
2 cucharaditas de licor de anís,
150 gramos de azúcar,
3 cucharadas de azúcar
4 cucharadas de leche.
Armisen (Cajas amarillas, sobres dobles, uno blanco y otro amarillo )
Bate el huevo en un bol y añade 4 cucharadas de aceite, el anís, los sobres de armisen y la leche, continua batiendo hasta que veas que los ingredientes se han homogenizado. Agrega el azúcar y la levadura en polvo y prosigue batiendo hasta que estos últimos estén incorporados.
Agrega poco a poco la harina hasta que se forme una masa maleable y forma cilindros de ½ centímetro de diámetro con ella, corta la masa en bastones de 10 centímetros de largo, y forma rosquillas con ellos uniendo las puntas.
Calienta abundante aceite en una sartén grande a fuego medio y fríe por tandas las rosquillas hasta que veas que se hinchan, entonces sube el fuego para que terminen de dorarse. Deposita las rosquillas sobre papel de cocina
absorbente y termina espolvoreándolas con el azúcar.