Rotular en español, en Cataluña es casi un delito

Publicado el 16 mayo 2016 por Elblogderamon @ramoncerda

Como continuación al artículo de ayer sobre rotular en catalán o rotular en español, aunque en este caso no se trata de una noticia reciente, sí que quería hablar de ello, y más, porque después de tanto tiempo transcurrido desde esta sentencia, no parece que haya tenido un gran calado. Casi me atrevería a decir que no ha servido para nada.

¿Rotular en español o en catalán?

Rotular en español está mal visto. Tendríamos que hacérnoslo mirar.

Cuando el año 2012 se dictó esta sentencia, los medios apuntaban a que las sanciones impuestas por rotular en español/castellano en Cataluña deberían quedar anuladas. Lo cierto es que no sé si llegaron a anular alguna o no, pero ya por entonces quedó clara la poca voluntad de acatar este tipo de sentencias:

El Tribunal Constitucional declaró inconstitucional la ley catalana de 3/1993 que incluía un apartado sobre los «derechos lingüísticos de los consumidores» que obligaba a empresarios a atender e informar de los productos en catalán.

Pero esa ley fue sustituida por el Código de Consumo en 2010, el cual también incluye sanciones relacionadas con estos curiosos «derechos lingüísticos» sacados de la manga. Por ese motivo, y con independencia de la sentencia anterior, siguen en sus trece y es como si no hubiera pasado nada.

Rotular en un idioma u otro debería de ser decisión del empresario, que tendrá que valorar qué lo beneficia más. Si piensa que por estar en Cataluña, le conviene rotular en catalán… Adelante, no hará falta que nadie se lo diga. Pero si prefiere hacerlo en español, tendría que estar en su completo derecho porque estamos en España (creo; aunque ya tengo mis dudas).

Con lo despacio que funciona la justicia, mientras unas cosas están recurridas, a estos señores les da tiempo a anular las leyes problemáticas antes de que salgan las sentencias y sustituirlas por otras del mismo (o peor) cariz, con lo cual, cuando aparece el fallo del tribunal, tienen el camino preparado para seguir haciendo exactamente lo mismo que antes.

Repugnante.

Ramón Cerdá