"Después de una época donde la humanidad estaba inmersa en numerosas guerras a nivel mundial, el planeta quedó a merced del caos. Tras varios siglos, vuelve a surgir una sociedad feudal donde siete barones imponen su ley en sus respectivos territorios. Cada barón cuenta con su ejército personal donde los guerreros más fuertes son bautizados como Clippers o Cizallas, unos feroces combatientes que gozan de un estatus más alto que el resto de la población, pero que consagran su vida a la protección de sus respectivos jefes."
Este hombre es un grandísimo hijo de puta... y su familia también.
Me habían hablado muy pero que muy bien de esta serie, y tengo que decir que este primer contacto con ella, me ha encantado. La historia nos sumerge en un mundo postapocalíptico, pero no el típico páramo carente de color y de vida que nos suele venir a la cabeza en tramas de este estilo, sino en una especie de mezcla entre la américa colonial y una época feudal con tintes orientales. Con esta estética a mí ya me han ganado, pero esta serie no entra sólo por los ojos.
El sistema "político" que se ha asentado en este mundo, es muy atractivo. Los conflictos entre barones son constantes, aunque ellos den una imagen oficial de cordialidad, por detrás cada uno intenta asestarle el mayor número de golpes a sus rivales, algo que siempre le da mucho interés a una trama. Además el título de Barón no se hereda, simplemente se toma, por lo que las familias de estos son un hervidero de conspiraciones, otro punto que le da más chicha a lo que se cuenta xD. Aunque lo que más me gusta es la figura de los Cizallas, el protagonista es uno de ellos (de hecho, parece que es uno de los más fuertes que hay) y su parecido con los samuráis es muy alto. Un código de honor muy férreo, unas habilidades de combate muy desarrolladas y una fidelidad ciega a su Barón, definen a estos personajes. Pero por si fuera poco interesante la trama, Sunny (un Cizalla), empieza a cuestionarse su forma de vida, lo malo es que cambiar su destino no es algo que resulte precisamente sencillo. El detonante de este cambio de mentalidad es la aparición de un misterioso chico, que parece albergar un inmenso poder en su interior (y que por cierto, es bastante espectacular de ver), algo que es muy típico en los manga/anime, pero que no se suele ver en una serie.
Las escenas de acción son increíbles, numerosas y muy bien coreografiadas. La verdad es que da gusto ver luchar a un Cizalla, y si se enfrentan varios de estos personajes mucho más. Además hay bastante variedad en ellas, tanto visualmente (diferentes escenarios, planos e iluminaciones) como en contenido, por ahora ya he visto varios tipos de lucha y todos sin armas de fuego (que parece que no existen en Badlands), lo que hace que no se hagan aburridas.
En definitiva, me han gustado mucho estos dos primeros episodios. Esta serie pinta muy bien y espero que los siguientes capítulos mantengan las buenas bases que se han puesto.
Sunny mostrando su cuenta de muertes.