Creador: Elías Santana.
Cuántas compañías sostienen algún tipo de relación con la comunidad en la que operan, con algunos de sus clientes y hasta con sus propios trabajadoresAlgo que podemos constatar, por su presencia en eventos y en los grandes medios, es que en Venezuela sabemos de pocas empresas que desarrollen iniciativas de responsabilidad social empresarial. ¿Pocas? Dirá usted. Sí, son pocas. Póngase a hacer una lista y le costará mucho pasar de 25, llegará a sobrepasar las 100, pero le resultará una calamidad llegar a 200. ¿Eso es poco? Claro que sí. ¿Cuántas empresas existen en Venezuela? Si comparamos nos damos cuenta de que son pocas, en general las más grandes y, en muchos casos, son empresas que tienen lineamientos internacionales en la materia. Una cosa puede ser la RSE Quizás, otra manera de ver el asunto sea desde la perspectiva de las relaciones entre las empresas y las comunidades. No necesariamente analizar a las empresas, según las iniciativas características de lo que se llama universalmente responsabilidad social empresarial, que termina reduciendo significativamente el número de corporaciones que califiquen. O sea, cuántas empresas sostienen algún tipo de relación con la comunidad en la que operan, con algunos de sus clientes y hasta con sus propios trabajadores, más allá de las obligaciones legales. Y otra las relaciones de la empresa con la comunidadPero si hacemos historia, la bodega o la farmacia de la esquina siempre han tenido relación con la comunidad en la que están ubicadas. La compra de los uniformes del equipo de pelota infantil o de algunos de los implementos suele ser el aporte de un comerciante cercano, cuyos clientes son los padres de los niños a los que apoya. Así mismo, esa empresa pequeña o mediana apadrina al equipo de sus trabajadores en una liga de la zona, hace contribuciones para la escuela local (en la que estudian o estudiaron los hijos del dueño, probablemente) o colabora con la capilla o la iglesia, de diferentes denominaciones, más cercana.
El comercio local, la pequeña fábrica cercana a la comunidad, siempre son visitados cuando se requiere la colaboración para una colecta para un entierro, los arreglos navideños de la zona o para la organización de la festividad local. La gente, llámese cofradía, liga deportiva, asociación civil o consejo comunal casi siempre cuenta con esas empresas. Claro, lo que ellos hacen y aportan no sale en la televisión, pero sí se conoce a través de “radio bemba”. Hay información, hay reconocimiento, hay agradecimiento. Se tejen redes de apoyo, de solidaridad y de ayuda mutua.¿Quién acompaña las pequeñas empresas?
Esa sensibilidad del pequeño negocio para con su entorno es una relación bastante apropiada con la comunidad. Pero como el marco jurídico ha evolucionado y ahora la empresa, sea del tamaño que sea, tiene nuevas obligaciones, que crecen con su desarrollo, la empresa cercana tiene que adecuarse. Y perfilar mucho mejor su contribución, tener mayores garantías sobre su impacto y divulgación. Pero hoy por hoy, no existen muchas experiencias sistematizadas, productos aplicables o servicios directos para estas empresas. Pocos consultores o empresas de asesoría atienden a este público, que a veces ni se atreve a tocar sus puertas, por aquello de su presupuesto y dimensiones. Sucede que un comercio con nueve empleados o una fábrica con 23 trabajadores, la línea de taxis de la localidad o el pequeño abasto o farmacia de la zona, no se imagina a sí mismo como “un patrocinante”, como un actor en el mundo de la RSE, de las grandes que tienen fondos para contribuir y también para comunicar masivamente su contribución. Pero claro que puede ser, y de pronto ya lo es, una empresa con buenas relaciones con su entorno, con la comunidad.
Fuente: http://www.elmundo.com.ve/