'Rubalcadas' indecentes

Publicado el 13 septiembre 2011 por Ciberculturalia


Lo mínimo que se le pide a un político es que sea coherente. También sería deseable que, además, dignificara la política. Que dignificara  la gestión de la cosa pública.
Esta mañana, en un informativo, ya no se ni cual, me ha indignado sobremanera oír al candidato socialista desmarcarse de las decisiones del ejecutivo con "críticas", más o menos evidentes, sobre la gestión de la crisis económica. Lo dice el candidato a la presidencia que ha tenido cargos de altísima responsabilidad en dicho Ejecutivo.
La crítica que más me ha sublevado es decir que se tardó mucho en pinchar la burbuja inmobiliaria y en reestructurar el sistema financiero. Señala que se perdió todo un año "recreándose" en fortalecer bancos y cajas en lugar de acometer la reforma.
Que eso es así, lo sabemos los ciudadanos de a pie. Lo sabemos los trabajadores. Lo sabemos los currantes. Lo sabemos los hipotecados. Lo sabemos los parados. 
Que él nos lo cuente como si marciano fuese, me produce verdadera urticaria. No se si  don Alfredo Pérez Rubalcaba padece algún síndrome de memoria, y se le ha olvidado que formó parte durante ocho años del Consejo de Ministros, o directamente nos está tomando el pelo.
Como estoy convencida que es un político avezado y con buena cabeza, creo más bien lo segundo. Nos toma el pelo. Y lo toma de la peor manera: tratándonos como ignorantes y desmemoriados.
Si piensa el señor Rubalcaba que con esas "rubalcadas" vulgares e indecentes puede conquistar el voto progresista y arañar algún voto de izquierdas con su consabida estrategia de "horror que viene la derecha", creo que se equivoca profundamente.
Llevo ya muchos meses diciendo que la llegada de esta derecha nuestra, que es tan súmamente extrema, tiene que ver esencialmente con la nefasta política del gobierno actual. Fueron ellos, y en este plural está metido el presidenciable Pérez Rubalcaba, quienes han puesto la alfombra roja a la llegada del Partido Popular a Moncloa. 
De esto, muchos ciudadanos, estamos convencidos. Si no cambia su discurso les auguro al Partido Socialista Obrero Español un debacle sin precedentes.